-Solo cierra los ojos y confía en mi- digo medio riendo al ver su cara de espanto.
-No se si eso es buena idea, porque me acuerdo que la última vez...
-La última vez fue hace mucho tiempo- le interrumpo- era una niña inmadura y ahora soy más sensata y responsable, no te va a pasar nada- sonrío como un angelito, pero él niega con la cabeza.
-La última vez fue ayer, Sea- suelto una pequeña carcajada y él suspira- pero bien, cierro los ojos, aunque si acabo otra vez dentro del agua no vuelvo a confiar en ti- aclara aún desconfiado.
-Los dos sabemos que eso no es cierto- él sonríe de oreja a oreja.
-Triste verdad.
Cojo sus manos ahora con él sin ver nada y lo conduzco por los pasillos que por tantos años hemos recorrido miles de veces. Nuestra cárcel/casa. Él anda con pies de plomo, tocando siempre la pared para así por lo menos tener algo a lo que sostenerse si se cae. Que poca fe md tiene en el fondo. Entro a la habitación en la que están los otros dos y les sonrío, haciéndoles un gesto para que no hagan ruido.
-Sea... Huele a quemado- informa, alarmado.
-Ya puedes abrir los ojos, tonto- río por lo bajo mientras él hace lo que yo le he dicho.
-Sí os habíais acordado- sonríe triste y se acerca poco a poco a Fire y Wood.
-Espero que te guste, porque llevamos preparando esto una semana- se queja el de ojos negros.
-Me encanta- observo como Wind mira fijamente la tarta de cumpleaños que hemos hecho con comida robada del comedor.
-Es una idea de Sea, eso es más que obvio- comenta mi hermano con una sonrisa de lado y yo me acerco a todos.
Me había quedado en el umbral de la puerta.
-No es nada, sin vosotros yo no habría podido hacer todo esto- aclaro sin poder despegar mis ojos del chico de ojos grises que tengo al lado.
Sonríe como un niño cuando le dan una piruleta.
-Eres demasiado modesta, Sea- Fire rueda los ojos y niega con la cabeza.
-Demasiado a veces- confirma Wood.
-No veo nada de malo en eso- los chicos se callan porque saben que la discusión no la van a ganar ellos y me vuelvo a concentrar en el cumpleañero- sopla las velas y pide un deseo- él me sonríe y nos mira a todos, después apaga las pequeñas llamas y todos aplaudimos.
-¡Feliz cumpleaños!- gritamos a la vez.
-Gracias, chicos, en serio- su sonrisa se ensancha y luego me besa- eres la mejor- roza la punta de mi nariz con la suya y eso me hace reír.
-Que corra el aire- interrumpe mi hermano y yo ruedo los ojos- no voy a permitir estas cosas en mi presencia.
-Lo que tu digas- levanto las manos en forma de rendición y sonrío porque aunque todo sea horrible, hay siempre momento como este, en el que piensas que tenemos una vida normal, sin nada sobrenatural de por medio.
-¡Os quiero, chicos!- grita Wind.
-¡Y nosotros a ti!- le seguimos.
-Juntos...
-¡Contra todos!- cogemos unos vasos con agua y brindamos.
Es lo único que nos podemos permitir, pero somos felices... A nuestra manera y con nuestras circunstancias…
No queremos morir amargados.
¡Te llaman, ding, dong!
¡Te llaman, ding, dong!
Gruño y abro los ojos poco a poco, intentando recordar donde estoy y porque, cuando lo hago, el nudo en la garganta vuelve, pero lo contengo. Me siento en la cama y cojo el móvil, intentando mantener lo ojos abiertos. Me está llamando Cin. Descuelgo y lo primero que escucho son sus gritos.
-¡Ya me ha contado Guzmán que lo has encontrado!- suena ilusionada, se ve que no le ha explicado que algo ha fallado.
-Cin, yo...
-Me lo tienes que contar todo, necesito saber los detalles de vuestro reencuentro- comienza a divagar- ¿cómo ha reaccionado? ¿os habéis abrazado como en una película disney? Dime que si, plis- suspiro, prefería seguir durmiendo.
-No ha pasado nada de eso, no me recordaba, me he ido y como llovía, me cogido una habitación en un hostal y hasta hace unos segundos estaba durmiendo- le explico sin dar muchos detalles, tampoco es que haya mucho más que contar.
-¿Qué te ha despertado?- se hace la inocente y yo río medio dormida.
-¿Puedo seguir durmiendo?
-¿Has comido algo?- frunzo el ceño.
-No, ¿por qué?
-Son las 7 de la tarde, Sea, necesitas comer algo o te dará un yuyu, y yo no estoy ahí para poder ayudarte- suspiro.
-Vale, me comeré alguno de estos sándwiches que has preparado tu- le explico mientras miro al techo, sin prestar mucha atención a lo que me dice, creo que algo sobre mi salud o así, pero no estoy segura- adiós, Cin....
-Hasta luego, Sea.
Cuelgo y suspiro de nuevo.
Dios, que cansada estoy. Es como si mil camiones me hubiesen aplastado un millón de veces y luego me hubieran electrocutado. Si, puede ser que yo sea muy exagerada. Me estiro para coger la bolsa en la que tengo la comida y saco una bolsa de papas extragrande. Comienzo a comérmelas mientras miro instagram en mi móvil sin casi batería y decido ponerlo a cargar. Lo dejo a un lado y enciendo la televisión sin prestarle mucha atención.
¿En mi sueño aparecía mi hermano?
¿Tengo un hermano?
¿De verdad esos recuerdos son reales o son solo fruto de mi imaginación?
Tal vez ya me he vuelto loca.
Después de estar una hora sin hacer absolutamente nada, solo jugar al tetrix sonando la televisión de fondo, me canso y decido inspeccionar el pueblo. Nunca había salido de la ciudad, colo un par de veces con mis padres y es extraño mirar por la ventana sin ver lo mismo de siempre. Tengo dinero de sobra para irme a una cafetería o algo por el estilo y tomar un café o un batido.