-Sea...- susurra alguien mientras me mueve el brazo- vamos despierta, te quiero enseñar algo- abro los ojos lentamente y puedo distinguir a Fire un poco borroso.
-¿Alguna vez te he dicho lo pesado que eres?- él ríe por lo bajo y sigue insistiendo.
-Desde que nací- siento como me coge del brazo y me empuja fuera de la cama.
-¡Que me caigo!- me quejo y él mira a todos lados.
-Shhh, no grites.
-Pero si casi me tiras de la cama- me quejo, susurrando.
-Son las 5 de la mañana, y quiero enseñarte algo- abro los ojos como platos.
-Fire, sabes que te quiero mucho, pero estas cosas no se las permito ni a Wind, así que a dormir- cierro los ojos y pienso que se va a ir, pero no, es demasiado molesto como para pillar las cosas a la primera.
-Solo quiero enseñarte algo muy bonito, te aseguro que no te arrepentirás- vuelvo a abrir los ojos y le miro fijamente.
-Ya me estoy arrepintiendo- suspiro y poco a poco me levanto.
-Te va a encantar- me coge mis zapatillas y comienza a correr- sígueme.
-Fire, mis zapatillas- frunzo el ceño y lo sigo descalza.
Me cago en el día en que nació.
-Que vengas.
-Pero ¿por qué no puedo llevar zapatos?- me quejo y oigo como ríe.
Pasamos los pasillos oscuros que ya nos conocemos de memoria. Seguramente a la mayoría de las personas les de miedo este tipo de cosas. Para nosotros, cuando la noches cae y todos duermen, es nuestro momento. Lo sigo medio corriendo medio andando y mis pies completamente fríos, escuchando carcajadas silenciosas de vez en cuando. Nada más llegar a nuestro destino, Fire se para y me tiende las zapatillas.
-Era para que me siguieras si o si- sonríe como un angelito y yo gruño.
-¿Y qué querías enseñarme?- señala la puerta que tenemos delante- aquí está Unión, ¿era eso? Porque si es eso te juro que...
-Quieres por favor abrir la puerta antes de amenazarme por favor- él rueda los ojos y yo suspiro.
-Eres raro.
-Y tu idiota, ahora, abre la puerta y verás- insite así que lo hago.
Nada más hacerlo, observo el gran árbol que tengo delante, es la única planta que hay en este lugar, lo único de naturaleza que podemos ver una vez cada 12 horas. Lo llamamos unión porque siempre estamos separados, durante todo el estúpido día, excepto cuando nos reunimos para verlo, el momento en el que nos dejan estar a los cuatro juntos. Nos une. Pero ahora...
-Tiene...- me llevo las manos a la boca, sorprendida.
-Sabía que te gustaría- sonríe orgulloso y yo me adentro en la gran sala.
-Son flores- me dan ganas de llorar- le están saliendo flores.
-Son preciosas ¿eh?
-¿Cómo es que lo sabías?- frunzo el ceño porque me extraña que él se haya dado cuenta y Wood no.
-Ví algunos capullos hace una semana y como ayer no nos dejaron verlo, decidí visitarlo yo mismo- señala el árbol- y me encontré con esto.
-Es increíble- asiento- si que ha valido la pena despertarme a las 5 de la mañana.
-¿En serio?- me mira sorprendido.
Todos aquí saben que mi sueño es sagrado.
-Sí- le sonrío- nunca había visto las flores, bueno, tu tampoco, solo en los libros de Wood- él asiente con una sonrisa triste.
-Ojalá tener una cámara de fotos y sacarle una.
-Pues sí.
Nos sentamos alrededor de Unión y nos quedamos en silencio, cada uno en su mundo, pensando en sus cosas por media hora. Cuando creemos que ya es suficiente y deberíamos volver, ya que nos despertamos en hora y media, nos encaminamos de vuelta cada uno a su habitación. En el punto en el que es obligatorio separarnos, ya que cada uno va en una dirección, nos damos un abrazo.
-Buenas noches, llama.
-Buenas noches, mar- me guiña un ojos y yo río por lo bajo- una cosa más- me giro a mirarle, ya no está.
Parpadeo, incrédula, pero cuando vuelvo a abrir los ojos, todo está negro, sin salidas, sin nada. Estoy sola. Intento gritar su nombre con un nudo en la garganta bloqueando mi voz. Aguanto las ganas de llorar hasta que de la nada, suena su voz de nuevo.
-Será increíble- ríe.
-Fire, ¿dónde estás?
-Ven a buscarme y lo descubrirás.
-¿De qué hablas?
-¿Puedes ir a por Wind pero no a por mi?- suena triste- me decepcionas.
-¿Dónde estás?
-Este viaje será más largo, ya que estoy a dos pueblos de ti, sabes de cual te hablo- si, lo se- ven a buscarme, simplemente eso.
-¿Fire?
-Nos vemos luego, mar.
-¡Fire!- grito a todo pulmón con las lágrimas cayendo por mis mejillas.
-¿Sea?- giro mi cabeza hacia la izquierda y me encuentro con los ojos de Wind mirándome preocupados, en el suelo.
-Wind, yo...- se me rompe la voz.
-¿Qué ha pasado?- se apresura a levantarse y me abraza con cuidado- ¿qué ha sido eso?
-Me ha pasado lo mismo que me pasó contigo, Fire, está a dos pueblos de aquí, es uno de los poco a los que he ido con mis padres, se dónde está- me giro a verle- tengo que ir.
-Pero... No tiene sentido.
-Te encontré a ti, y él... En el sueño, Fire me enseña un árbol, el mismo que pinté en mi habitación, lo llamábamos Unión y después de eso, me decía las buenas noches y...- trago saliva con dificultad- todo se volvió negro y me dijo que lo buscara y lo voy a hacer.
-Te acompaño- lo miro incrédula.
-¿Por qué harías eso?
-Porque se supone que yo también lo conozco- enarca una ceja- siento que era mi mejor amigo, también he soñado con él, pero no me ha dicho que fuera a buscarle, solo que te protegiera a toda costa.