-¿Agua?- niego con la cabeza, me siento en una de las sillas y suspiro.
-Yo si quiero- dice Wind y Fire le pasa un vaso lleno.
-¿Qué querías contarnos?- voy directa al grano intentando no mirar a mi alrededor que me resulta siniestramente familiar a mi casa.
Igual de sola. Igual de deprimente.
-Contarme que sabéis- apoya los codos en la mesa, interesado.
-Pues no mucho, solo que nos conocemos de algún sitio misterioso y...- frunzo el ceño- nada más- concluyo con un suspiro.
-Pero eso es nada- asentimos los dos.
-Somos nuevos en esto- dice Wind.
-Pues tengo mucho que contaros, aunque no se por donde empezar, la verdad- ríe por lo bajo.
-Empieza explicando qué es eso de que he estado encerrada 16 años- suelto sin más, impaciente.
-Relax, poco a poco- me hace un gesto para que me relaje y yo le fulmino con la mirada- vale, yo no se mucho tampoco, pero lo que recuerdo es que desde que nacimos hemos estado en unas instalaciones secretas donde nos investigaban y todo eso.
-¿Por qué?
-¿No lo sabéis tampoco?- parece bastante sorprendido ante nuestra confusión- Fire, es fuego, Sea, es mar, que se podría decir como que es agua, Wind, es viento y luego estaría Wood, madera, que sería tierra, somos armas, por decirlo de alguna manera.
-¿De qué hablas?
-Pues de esto- chasquea los dedos y de ellos comienzan a aflorar unas pequeñas llamas inofensivas.
-¿Cómo...?- empieza diciendo Wind, pero no acaba la pregunta.
-¿Cómo has hecho eso?- termino yo y el chico a mi lado solo asiente repetidas veces.
-Vale, no lo sabéis- Fire suspira, buscando las palabras adecuadas para decir lo que tenga que decir- venid- nos hace un gesto para que lo sigamos.
Atravesamos el salón, y salimos al enorme jardín que seguramente causará envidia por todo el vecindario. Mi hermano señala la piscina que es más pequeña que la mía. ¡Al fin algo diferente! Aunque me gusta más esta. Yo la miro detenidamente y por un segundo, me quedo hipnotizada ante el suave movimiento del agua y el sonido que hace cuando choca contra el bordillo. Me siento tentada a...
-Métete- me dice Fire con toda la confianza del mundo.
-¿Qué?
-Lo estás deseando- me sonríe- hazlo.
-Pero...
-Que saltes- me ordena ya cansado.
-Que poca paciencia tienes, chico- ruedo los ojos y miro el agua- no llevo bañador ni nada.
-Con ropa.
-Se va a mojar- frunzo los labios.
No me agrada mucho la idea.
-Eso es lo que pasa cuando te metes en una piscina, te mojas, ahora...- vuelve a señalarla con más insistencia- salta.
-Vale- gruño y me quito los zapatos.
Me acerco a las escaleras. Primero meto los pies poco a poco para comprobar que no esté fría, aunque extrañamente, está hasta caliente. Al final, decido saltar sin más y compruebo que toco perfectamente ya que no es muy profunda. Veo como los chicos hablan de algo que no logro oír así que me acerco a ellos nadando.
-¿Ahora qué?- llamo su atención.
-Cierra los ojos.
-¿En serio?- elevo una ceja.
-Sí- parece seguro así que le hago caso- bien, ahora, imagina que el agua se eleva, pero solo la mitad- asiento- ahora, levanta una mano- lo hago- perfecto- ríe y yo abro los ojos- mira.
Observo a mi alrededor y lo primero que veo es la cara de sorpresa de Wind que me hace fruncir el ceño. Sigo la dirección de su mirada y pestañeo varias veces para comprobar que lo que estoy viendo es real y no una ilusión. Muevo la mano a un lado y el agua me sigue, hacia el otro y vuelve a pasar. No salgo de mi asombro hasta que decido chasquear los dedos de forma instintiva y todo vuelve a su lugar bruscamente, cayendo como una ola gigante que casi me hunde.
-Que pasada- Wind es el primero en romper el silencio.
-¿Qué acabo de hacer?- me señalo la mano y Fire sonríe orgulloso.
-Te llamas Sea, o sea, mar, o sea, agua, ¡No puede estar más claro!
-Pero...- trago saliva- esto es imposible- niega con la cabeza.
-No lo es, por eso nos tenían encerrados, la cosa es que no tengo recuerdos de lo que nos hacían, solo cosas felices que vivía con vosotros, supongo que esos no llegaron a eliminarlos- explica con un encogimiento de hombros.
-¿Nos borraron la memoria?- sigo sin creermelo.
-A los 16 nos llevaron a diferentes casas para que viviéramos una vida normal, pero nos quitaron los recuerdos de lo que podíamos hacer- traga saliva- es lo que me imagino que le pasó a Wood, él es dos años mayor que nosotros y se fue antes- su cara muestra lo triste que le resulta hablar de este tema- ¿os acordáis de él?
-Muy poco la verdad- comenta Wind y yo asiento.
-Solo hace una semana que se que Wind existe y a ti te recordé hace unos días junto con Wood- trago saliva y salgo de la piscina- pero si tengo la sensación de que era un gran amigo.
-Él era el responsable de los cuatro, nosotros siempre hacíamos trastadas y él intentaba convencernos de que no lo hiciéramos o sufríamos las consecuencias que ya sabíamos, aunque ahora no recuerdo cuales- los dos asentimos, escuchándolo atentamente- supongo que el saber que tenía una vida antes de esta me ha causado problemas- se encoge de hombros- todo ha sido mentira tras mentira, sin para- arruga la nariz con desagrado- lo odio.
Es difícil saber quién eres.
-Pero ahora estamos nosotros aquí- le sonrío y extiendo los brazos- dame un abrazo- él ríe y me lo da encantado- ya no nos iremos más.
-¡Yo también quiero!- Wind se une y nos quedamos así un tiempo.
-O enseñaré a usar vuestros poderes- de la nada, comienza a llover- pero primero vamos dentro, la lluvia no es que me guste mucho.
Extiendo la mano y dejo que algunas gotas caigan en mi palma. Escucho su sonido con mucha atención, hipnotizada de nuevo. Comienzo a mover los dedos de una forma que no comprendo muy bien, pero que hacen que algo de agua se convierta en una burbuja gigante. Hago otros movimientos hasta crear un perrito algo raro, pero tiernos. Río por lo bajo y lo muevo a mi antojo mientras ladro. Parezco una niña pequeña jugando con un muñeco.