Mentiras.
Engaños.
Crueldad.
No te fies de nadie.
Te lo advierto.
-¡Ya despierta!- oí la voz de Wind lejana, como un simple susurro.
-Trae agua- dice mi hermano con un tono de preocupación que me alarma un poco.
Lucho contra la necesidad de volver a dormirme y estar tumbada un rato más, sin pensar en nada, tranquila en el lugar de las pesadillas.
Llevo demasiado tiempo sin dormir bien.
Abro los ojos con dificultad y lo primero que veo es la cara borrosa de una persona que tapa el sol que tiene detrás suyo. Levanto una mano y comienzo a tocar su rostro, escucho risas que reconozco muy bien así que me relajo al instante. Estoy un poco, pero solo un poco, desubicada. No se donde estoy ni como puede ser que Fire haya podido entrar a mi habitación sin ser descubierto.
-Vete de mi habitación o te castigarán- le digo acomodándome mejor en mi cama- encima, tengo sueño, así que déjame.
-¿Cómo que me castigarán?- entreabro los ojos y veo su ceño fruncido.
-No te hagas el tonto, se que te gusta llevarles la contraria, a mi también me divierte, pero hay un límite ¿sabes?- después de decir eso, él se queda callado y pienso que se irá pero grita algo que me desconcierta.
-¡Wind, creo que le pasa algo!- al oír ese nombre, abro los ojos completamente y me incorporo observando a mi alrededor.
-¿Dónde estoy?- les pregunto cuando ellos me comienzan a mirar fijamente como si fuese un experimento fallido- sois muy feos- comento y observo a través de la ventana.
Es un... ¿Jardín?
-¿Dónde crees que estás, Sea?- pregunta mi novio un poco preocupado.
-Pues en el mismo sitio que llevo estando 16 años- los dos intercambian miradas, preocupados.
-¿No recuerdas nada de la última semana?- frunzo el ceño.
-Claro que me acuerdo, llevo entrenando a primera hora de la mañana todos los días y luego volvía tarde a mi habitación porque nos reuníamos en la terraza- su cara de confusión debe de ser igual que la mía.
-¿Entrenando?- asiento.
-¿Madrugando?- pregunta Wind.
-Sí... ¿Por qué os extraña tanto?- elevo la cejas esperando una respuesta.
-Fire, vamos a la cocina a hablar un momento- mi hermano asiente sin quitarme los ojos de encima.
-¿Cocina?- mi sorpresa es inmensa al oír eso- ¿dónde estamos?
-Vamos a hablar, ahora- exige el chico de los ojos grises y los dos se van a saber dónde.
-¿Pero por qué no hablan delante mío si saben que me voy a enterar igual?- susurro para mi misma y cierro los ojos.
Me concentro en mi hermano y poco a poco consigo oír sus voces resonando en mi cabeza.
<<-Piensa que está en ese lugar- dice Wind con exasperación.
-A lo mejor podemos sacar partido de todo esto, que nos lo cuente y luego nosotros le contamos todo- propone Fire y yo no entiendo nada.
-No podemos hacer eso, ¿no ves que está muy mal?- oigo como alguno de los dos suspira, candado- debemos intentar solucionarlo o podríamos dañar su mente.
-¿Y tu como sabes eso?
-Lo ví en una serie- susurra un poco avergonzado y eso me hace sonreír.
¿Serie?
-A lo mejor el agua hace algo- comenta mi hermano no muy seguro de lo que dice.
-¿Por qué?
-Una vez, cuando me raspé la rodilla jugando al fútbol, me acerqué al fuego y sentí como mi herida iba desapareciendo así que me quemé la rodilla pero en vez de pasar lo que debería pasar, me curó sin más- explica y yo no paro de pensar en las cosas obvias que está diciendo, eso lo sabemos desde hace años.
-¿Crees que funcionará?>>
Dejo de escuchar ya que no entiendo la razón por la que me darían agua para que me curara. ¿Me he caído o algo en los entrenamientos? No recuerdo nada de eso. A lo mejor por eso estaban tan preocupado. Oh no, he fallado, eso significa que...
-Sea- me llama Wind y trae un vaso de agua.
-¿Qué me ha pasado? ¿Por qué debo curarme?- pregunto apresuradamente- ¿me harán algo?- intercambian miradas y fruncen el ceño a la vez.
-¿De qué hablas?
-No seas tonto, Fire, sabes que he escuchado toda la conversación- ruedo los ojos, pero él solo parece confundido.
-¿Cómo?
-Somos hermanos, podemos comunicarnos telepáticamente y ver u oír lo mismos que el otro- frunzo el ceño- ¿no te acuerdas?
-¿Qué?- no puede articular más palabras que esa y eso solo me confunde más a mi.
-Da igual, Sea, tómate el agua- me dice Wind intentando parecer indiferente.
-¿Por qué?
-Solo hazlo, por favor- me suplica casi a punto de llorar y eso me asusta.
-¿Estás bien?- niega con la cabeza.
-Te desmayaste en mis brazos de la nada y llevas dos días sin despertarte, pensaba que no ibas a...- mira a otro lado- bebe agua, te encontrarás mejor después de eso- asiento y hago lo que me pide.
-Aunque no me encuentro mal- le informo y segundos después me siento mareada- vale, ahora si- me tumbo en lo que sea que esté sentada y cierro los ojos.
-Fire, ¿qué le pasa?- no oculta su preocupación al hablar.
-Tranquilo, se ve que lo que me pasaba era mental, solo necesito dormir un poco- susurro y bostezo antes de volver a quedarme dormida, sumida en la oscuridad de mis sueños.
Hazte fuerte y vuelve por mi.
Te necesito.
Os necesito...
-¡Wood!- grito antes de abrir los ojos y mirar a mi alrededor- ¿qué me miráis tanto?- frunzo el ceño y ellos se acercan más a mi.
-¿Sabes dónde estás?- asiento- ¿dónde?- Wind no me quita los ojos de encima como si le diese miedo que desapareciera.
-En la casa Fire, ¿dónde si no?- suspiran aliviados y sueltan risas nerviosas.
-¡Está bien!- elevo mis cejas esperando una respuesta.