-Relaja los brazos- me ordena- haz así- comienza a hacer como un movimiento extraño con sus brazos.
-Pareces un retrasado intentando imitar a un espagueti- él para y me fulmina con la mirada.
-¿Quién es el maestro aquí?
-Tu no, Fire- le respondo ya cansada.
-¿Quién sabe más aquí de lucha?
-¡Nadie!- medio grito entre risas- encima, ¿por qué tengo que aprender a luchar?
-Es algo necesario, no sabemos lo que pasará mañana y no pienso ser yo el responsable de que te pase algo por no enseñarte lo básico- me explica muy serio.
-Pero si no sabes.
-Me he visto videos en youtube y he practicado con Wind, no lo hago nada mal para haber empezado ahora, te enseñaré algunas cosas- ruedo los ojos.
-Vale- él me pone un de mis brazos detrás de la espalda.
-Dame un pisotón en el pie solo para distraer y luego un cabezazo hacia atrás con un poco de impulso para tener más fuerza y tienes que darme en la cara- asiento y lo hago- dios, que daño.
-Que fácil- comento mirándole la nariz para ver que no la tenga rota.
Estamos en el jardín y en teoría Wind está preparando algo de comer, pero creo que no se le está dando muy bien. Fire se ha empeñado en que debo saber defenderme porque los que nos borraron la memoria podrían volver y hacerlo de nuevo ya que no sabemos si son peligrosos. Está un poco paranoico, sinceramente. No tenemos pruebas que nos indiquen que eran malas personas o que nos hicieron daño, solo cosas felices de nosotros juntos.
Es mejor creer y vivir en la ignorancia.
Mi teoría es que hasta que no veamos el edificio o algo que nos recuerde al lugar en el que vivíamos, no vamos a acordarnos de nada. Wind no se acordó de mi hasta que me vió así que puede ser que a nuestro cerebro le esté pasando eso y no recordamos nada ya que es como si no hubiera existido en realidad.
-Estoy bien- asegura aún tocándose la nariz- ahora...- me coge del brazo y un impulso me hace hacer un movimiento extraño y lo tiro al suelo- ¿qué ha sido eso?
Estoy tan sorprendida que tardo unos segundo en reaccionar y Fire no consigue levantarse del suelo solo porque yo estoy encima suyo, inmovilizándolo. Después de salir del shock, me levanto y le tiendo una mano, él la acepta dudando un poco.
-No lo se, ha sido como un acto reflejo- me paso las manos por la cara- lo he hecho inconscientemente.
-Ya, ya me he dado cuenta, ¿pero dónde has aprendido a hacer eso?
-Que no lo se, me ha salido solo- miro el suelo fijamente, extrañada- a lo mejor ya sabía hacerlo y ahora simplemente lo he hecho sin pensar...
-¿Crees que nos enseñaron a luchar?- asiento- pero a mi no me ha pasado nada de eso.
-Pues no lo entiendo.
-Chicos, hay una señora en la entrada y pregunta por Jack- miro a mi hermano que se tensa en seguida.
-¿Quién es?- le pregunto.
-Es la persona a la que más lamento mentirle- percibo dolor en su mirada- ahora vuelvo.
-¿Estará bien?
-No lo se, Wind.
Lo seguimos un poco a distacia e intento concentrarme mucho para oír la conversación. Al principio me cuesta ya que he aprendido que solo puedo hacerlo si acepto sentir lo mismo que él siente, ser solo uno. Y debo admitir, que en estos momentos, es doloroso.
<<-Hola, Gracia- escucho la voz de mi hermano, suena indiferente.
-Buenas tardes, Jack- el alegre tono de la anciana me parte el corazón- te traigo a Jack segundo- suenan ladridos.
-Muchas gracias por cuidarlo, no podía hacerlo durante estos días- le explica Fire.
-¿Estás bien?
-Si, claro, ¿cómo podía ir algo mal?
No le mientas, está preocupada.
-No debería- me responde mentalmente.
-Me alegro por eso, también he oído que una hermana tuya o prima o por lo menos alguien que es parte de tu familia ha venido a visitarte- indaga la anciana intentando enterarse del chisme.
-Es una prima lejana que ha pasado por el pueblo unos días, pero se fue ayer- intenta convencerla.
-La veo ahí atrás>>
-¡Hola primito!- grito y me sitúo a su lado.
-¿Qué haces aquí?- dice entre diente.
-Solo saludar a...- señalo a la anciana y ella sonríe encantada.
-Soy Gracia- me tiende una mano y yo la acepto sin dudarlo.
-Mucho gusto, ¿de qué conoces a este loco?
-Yo simplemente le cuido al perro- miro hacia abajo y me quedo maravillada.
-¡No me habías dicho que tenías perro!- me lanzo al suelo y acaricio al pastor alemán que me chupa la cara felizmente.
-No me acordaba- susurra.
-Pues muy mal, ¿cómo se llama?- le pregunto sin apartar los ojos del animal.
-Jack.
-Pues me lo llevo dentro- cojo su correa de las manos de la anciana- ¿tienes sed, chico?- digo en tono agudo y tonto- sí, sí tienes sed.
Me alejo de ellos y esta vez sin escuchar la conversación. Cuando llego a la cocina, Wind me mira con reproche, pero me tiende un cuenco lleno de agua para el perro. Yo lo dejo en el suelo felizmente y el animal no tarda ni un segundo en comenzar a beber. Segundos después escucho como la puerta principal se cierra.
-¿Por qué has hecho eso?- me señala Fire cuando se encuentra junto a nosotros.
-Me ha caído bien- digo con una sonrisa.
-Me da igual, no puedes hacer esas cosas, en el pueblo no deben saber que estás aquí- frunzo el ceño.
-¿Por qué?
-Te harán preguntas y con una simple cosa que no coincida con mis mentiras todo se irá a la mierda- ruedo los ojos.
-Exagerado.
-Lo que tu digas, pero ahora necesito curarme la nariz.
Se me había olvidado completamente eso.
-También debemos hablar de qué vamos a hacer ahora- comenta Wind y eso hace que todos nos paremos en seco.
Nadie quería tocar ese tema y él lo ha soltado muy de improviso. Fire se para en su sitio con el hielo en su mano a medio camino de su nariz y yo dejo de acariciar al perro que siente mi tristeza y se coloca entre mis piernas para que yo pueda abrazarle.