Nos arrastran fuera de la sala llena de espejos y cada uno es dirigido a una dirección, supongo que las habitaciones están separadas. Pero yo no recuerdo haber venido por aquí antes, no se donde me llevan. Las paredes siguen siendo de madera y hay partes rascadas llenas de arañazos extraños que no tienen sentido que estén ahí. Me llevan cogida de un brazo bruscamente, como si yo fuese a intentar escapar en cualquier momento.
Chris desapareció justo antes que yo viese al traidor, supongo que tiene cosas más importantes que hacer que ver como me destrozan la vida. Una puerta se abre de repente y me obligan a entrar. Esta sala está hecha de metal, es asfixiante de lo estrecha que es y encima no parece haber ninguna salida. Me hacen sentarme en una minúscula silla en frente de una mesa también de metal. Todos salen y me dejan sola, aburrida y sin saber que hacer.
Supongo que de aquí no puedo escapar.
Comienzo a hacer ruido con mis uñas golpeando el metal, fuerte y flojo, dependiendo del ritmo. En mi cabeza suena la canción de "Who I am" de The Score, a todo volumen, como si la escuchase en la radio de mi coche con la música a tope. La tarareo mientras sigo repitiendo el compás pegando con mi pie el suelo y mis dedos la mesa. Ya pienso que nadie va a venir justo cuando la puerta por donde he entrado se abre y entra la última persona que quiero ver en este mundo.
-Hola rata traidora- lo saludo con una sonrisa inocente, como si no quisiese que ardiera en el mismísimo infierno.
Que no quiero, pero él no lo sabe. No pienso dejar que mi afecto por él me vuelva débil.
Debo ser fuerte.
-Hola- susurra y se sienta en la silla que hay al otro lado- he venido para...
-Me da igual- le espeto- no quiero hablar contigo- él mira a su alrededor, cuando vuelve la vista hacia mi, está más relajado.
-Por favor- me suplica y yo suelto una risa irónica.
-¿Por eso me dejaste ir por ahí de un lado a otro?- él me mira confundido- pensaba que era porque me apoyabas, porque confiabas en mi, pero era solo porque sabías que iba a encontrar lo que buscaba.
-Sea, yo...
-No, no llames por mi nombre, suena repugnante ahora en tu boca- arrugo la nariz con desagrado- sabías qué iba a pasar e igualmente no me dijiste nada.
-No es lo que crees.
-¿No?- apoyo mis codos en la mesa, asesinándolo con la mirada- ¿no me dejaste ir hacia una trampa segura? ¿no has participado en mi secuestro? ¿no acabas de encerrarme en este lugar de mierda para que me usen como arma? ¿Me dejo algo? ¿No me has mentido durante estos dos años en los que yo te he contado todo y tu simplemente ibas después a contarles todo a Santa Claus y sus elfos?- mis palabras están llenas de veneno e intento contener las lágrimas- eres un asco de persona, Guzmán, me arrepiento el día en el que decidí ser amable contigo, debí haberte evitado, no saludarte, me habría ahorrado mucha mierda.
-La siento muchísimo- sus ojos se cristalizan y por un segundo vacilo.
-No me vale con sentirlo.
-Lo se, por eso estoy aquí- me mira directamente la los ojos- solo escúchame, es importante antes de que se den cuenta de que las cámaras no funcionan- eso llama mi atención, así que me acomodo en mi asiento posicionándome en una postura más cómoda.
-¿Qué mentira me vas a contar ahora?- él traga saliva visiblemente.
-Sí, serví de espía, pero era para que ningún otro lo hiciera, ellos creen que estuviste sola, que simplemente me tenías a mi- ruedo los ojos.
-Pero si también tenía a Cin y...
-Ellos no lo saben- elevo mis cejas sin creermelo mucho.
-¿Por qué?
-No se lo dije o sino irían a por ella y se que eso te destrozaría- suelto una risa irónica.
-¿Y que tu me traicionaras no me iba a doler?
-Lo se, y lo siento, pero esto es importante ahora, me estoy arriesgando mucho- mira de nuevo a su alrededor, como si temiera que lo escucharan- ellos planearon vuestra vida así, hicieron que nadie te hablara en el instituto, tus padres son actores, o más bien científicos que estaban para vigilarte y al mismo tiempo hacerte sentir sola olvidándose de tu cumpleaños, ellos metían cosas en tu comida para hacer que no recordaras nada, pero cuando quisieron pararon- trago saliva concentrada en sus palabras- el supuesto padre de Wind le maltrataba porque ganaba dinero cada vez que lo hacía, y las mentiras de Fire eran a posta, ellos sabían que él recordaba.
-¿Por qué debo confiar en ti?
-Porque en el fondo me conoces y sabes que yo nunca te haría daño- se queda unos segundos en silencio- igual que yo era un infiltrado, había gente en los otros pueblos que también les espiaban, personas cercanas pero no tanto como para que sospecharan algo raro- proceso esa información en mi cerebro.
¿Mia? ¿Gracia?
-¿Qué finalidad había con todo esto?
-Os volvisteis rebeldes cuando entrasteis en la adolescencia, no queríais entrenar, siempre os subíais a la terraza que hicieron especialmente para Wind porque estando siempre encerrado puede morir, nunca hacíais lo que os pedían y decidieron hacer que vieseis el mundo real, que lo odiarais y así que os quedarais aquí sin rechistar, para que penséis que esta vida no estaba tan mal, solo recuerdas cosas felices ¿verdad?- asiento dándole la razón- hicieron la prueba primero con Wood y lo trajeron de vuelta cuando cumplió los 18, justo en el momento en el que os echaron a vosotros, con él funcionó a la perfección.
-¿Qué le hicieron?- no puedo evitar decir eso con un hilo de voz ya que todo lo que me está diciendo me suena demasiado, muy surrealista para ser cierto.
-Me dijeron que casi lo llevan al suicidio y que con vosotros iban a rebajar la cosa- me llevo las manos a la cara aguantando las lágrimas.
-No me lo puedo creer.
-Juntaron las mentiras, la soledad y el maltrato en uno, quitándole su identidad, no le dejaron ser libre- algo dentro de mi se ilumina y lo comprendo todo.