Últimos Pensamientos

Capitulo 1 (Encuentro)

La nieve está cayendo de forma precipitada… Creo que en cuestión de minutos la visibilidad será de cero.

Tengo que darme prisa a legar a la torre.

No lo negare… Cada paso que dio se hace tan difícil, incluso temo caer.

Pero creo que no estoy hablando solo de la inmensa capa blanca.

Un suspiro sale de mis labios, es demasiado… Siento que no puedo continuar, pero mis pies siguen adelante, como si algo me impulsará.

Me he dejado llevar por eso desde hace algunos años que ya no sé, si está siendo lo mejor.

Los ideales de mi maestro… Aquel que pereció a manos de quien menos lo creía.

Son los que me siguen guiando, sus enseñanzas las guardo como el mayor tesoro y único que me queda.

En lo que puedo confiar.

Pero aun así, duele… Duele demasiado para mí.

Creo que no soy tan fuerte como debería ser el caballero dorado de Aries…

No soy… Lo suficiente para esta labor.

Siento como mis lágrimas quieren brotar, por mis absurdos pensamientos, por mis temores, dudas, miedos.

Pero escucho ese sonido, ese pequeño ruido que de cierta forma, me salvo de mí mismo.

-Es… Un llanto…-

Me detengo en medio de la fuerte ventisca, tratando de saber de dónde viene ese sonido.

Logro localizarlo, no está lejos pero me desviara de mi camino.

Más siento algo que me dice que debo ir, que es necesario que lo haga, que alguien me está llamando.

¿Por qué siento eso?

Mi andar fue apresurado, un débil cosmos me estaba rogando que lo ayudará.

-¿Acaso sería una pequeña estrella que cayó?-

Esa pregunta recae en mí pensar.

Tarto de seguir cubierto con esa capa desgatada, el viento rata de arrancarla de mí, sostengo los alimentos que me deberían durar todo el mes.

Mas nada de eso me importa, al ver de quien provenía ese llanto.

Un bebe, uno muy pequeño, estando envuelto en una delgada sabana, estaba desnudo sin duda, se podía ver la piel de su pecho.

¿Quién no lloraría con este frio?

Si a mí me está congelando y tengo puesta varias capas de ropa.

Mi corazón siente un revuelo de múltiples emociones.

Mis manos se apresuran a tomar al infante.

Soy demasiado torpe, nunca había sostenido a uno antes… Son tan frágiles y pequeños, mis manos podrían lastimarlo.

Lo acerco a mí, sosteniéndolo con una mano, para cubrirlo con esa capa y llevarlo lo antes posible a la torre.

Había sido precavido, cualquier uso de mi cosmos que no fuera para reparar las armaduras, podría ser detectado…

Mas este pequeño, no soportará este clima, de no arriesgarme.

Lo hago para llegar lo más rápido y cubrir al pequeño de este frio.

Dentro el ambiente es más cálido, tengo que encender el fuego y hacer que entre en calor.

Lo siento tiritando contra mí.

-Tienes frio… Es normal… El clima es demasiado para ti-

Lo mejor será… Que utilice mi cosmos, así podré mantenerlo tibio…

Lo sostengo con delicadeza contra mi pecho, estoy en el suelo, concentró el cosmos a su alrededor para abrigarlo lo mejor que pueda.

No sé ¿Por qué? ¿Por qué estoy haciendo esto?

Pero algo dentro de mí, me dice que debo protegerlo, sin importar que…

Siento que debo cuidarlo.

Poco a poco su piel… Que estaba con un tono azulado, comienza a adquirir un ligero color, significa que está entrando en calor.

Solo verlo así, me hace sentir aliviado.

Mi telequinesis me ayuda a encender la chimenea de manera rápida, hace unos instantes no pensaba con claridad, estaba demasiado angustiado y no compendia porque este bebe me hace sentir así.

Sus mejillas están un poco pálidas, sus ojos se abren y cierran con dificultad…

Mínimo siento algo de calor en él.

Debo abrigarlo mejor.

No tengo ropa de bebe, ni siquiera sé, si mi maestro guardo algo de la mía o se deshizo de ella.

La verdad no me interesa eso, prefiero cubrirlo con algo más tibio. Tengo frazadas para este clima.

De nuevo mi telequinesis ayuda en esto casos, así no dejo de sostener a este bebe.

Me estoy aferrando a él ¿Qué será este sentimiento en mí?

Al tener aquel objetó, arropo al bebe en mis brazos… No sé si lo haga ben.

Pero si lo mantengo cubierto estará a salvo.

Por el miedo, no había notado su rostro. Es un Lemuriano… Tiene dos tikas de color lila y sus cabellos como su fuera una delicada pelusa rojiza.

Debería hacer otras cosas, pero no he quiero separar de este indefenso ser… Es muy extraño, jamás había sentido esto por nadie.

-Tal vez por solo esta noche… Pueda abandonar un poco el ser tan complejo en lo que hago y solo deje todo para después-

Un pensamiento cruza por mi mente… los bebes deben comer algo… leche… Pero…

Mis rostros baja hasta mi pecho, una idea tan tonta cruzo por mi pensar y niego con la cabeza avergonzado.

-Soy un hombre… No puedo…- Un balbuceó de vergüenza dejo escapar.

-¿Por qué pienso cosas raras?-

Sé que es algo que mi maestro muchas veces me prohibió… Pero si mi calor y cosmos este pequeño podría…

-Perdóneme maestro, pero lo hare-

Usar mi telequinesis para hervir leche, mientras yo estoy en el suelo, cuidando a un niño, algo por lo cual me hubiera reprendido antes.

No tengo un biberón… ¿Qué podría utilizar?

Mis preocupaciones fueron interrumpidas, él bebe comenzó a llorar, no era tan fuerte, no me molestaba el sonido, si no que… No sabía qué hacer.

Comencé a sentirme desesperado y muy inútil… Que hacer… Piensa… Solo un poco.

Me lo repetí muchas veces.

Una vez… vi como unos pastores alimentaban a un corderito con leche en una bolsa… Su madre… No estaba con él.

-Puede funcionar, por ahora-

Solo debía divisar una bolsa, limpiarla bien… Y depositar la tibia leche en ella…Trataba de calmarlo, pero seguía su débil llanto.

Era hambre estaba seguro. Todo gracias a mi dominio de aquella arte, lo tenía listo.




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