Un 28 de mayo.

Un 28 de mayo

¡Golpéalo fuerte! -.

Y así lo hice.
La adrenalina combinada con el coraje es lo mejor que podemos liberar al momento de pelear. Me invadía aquella sensación de querer matar aquel sujeto hasta la muerte.

Aquel pensamiento se quedó en blanco. Golpeaba y tras otro golpe seguía y, no paraba.

Este hijo de puta acosaba a mi novia. Una falta de respeto. Cuando la jalo bruscamente frente mis ojos y Génesis me miró, solté el primer golpe directo a la nariz. Rompiéndosela y dejándolo sin aliento.

Nos soltamos, pero en lo que golpeaba oí unos murmullos, de que Génesis le hizo algo al novio de este puto. Y el vino a reclamarle.

- ¡Ya déjalo en paz! - gritaron. Claro a ustedes como no los acosan ¡cabrones!

Un último golpe pedía mi cuerpo, al alzarlo y ver su “rostro perfecto” en condiciones deplorables... Lo alcé y con toda la potencia de mi brazo izquierdo, golpeé.

—¡DETENTE! -.

Pero no fue a él.

—...- ¿Qué mierda?
La multitud que antes se dirigía a mí con ánimos ahora me juzgaba. Veía un par de chicos acercarse a la mujer que había golpeado. Y el puto se levantó y me dio su primer golpe.

—O-oye per...-. caí al suelo tras el puñetazo que me había proporcionado la chica. Mi ceja se abrió, solo por uno , no por dos... si no un puñetazo.

Entendía su furia.

¡No quiero que tu perra en celo se le acerque a Oliver o a Aro, mantenla cerca de ti! -.

Yo solo analizaba su rostro, lo recorría de mil formas, es una cara bien definida y unos ojos que wow.

Kris concéntrate.

Y con unos pasos apresurados se alejaban dejándome solo y Génesis bueno, se había largado.

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Al día siguiente a las seis de la mañana llegué a la escuela. Faltaba una hora para que comenzara las clases, ser el líder estudiantil no es nada fácil. Ni yo lograba comprender como hacía o cual era la magia con mis calificaciones

Andaba revisando unas cosas, y un trabajo me llamo la atención; hablaba del respeto y la honestidad. A mí no me justaba las injusticias por eso creo que me escogieron para el consejo. Por eso me quería disculpar con “ella”.

Cuando me salía del aula del consejo, veía que alguien caminaba, era raro porque solo los jefes de grupo, lo cual todos eran unos flojos, podrían entrar una hora de anticipación.

Cuando me acerque y tome aquel brazo. Recibí un gancho.

Levante mi vista y ahí estaba.

—¿C-cómo te llamas? Perdóname por lo de ayer- ni me inmutaba el dolor, era que en verdad quería saber su nombre.

—...-
Solo se alejó con una mala cara al verme.

—Mi nombre es Kris-. susurré, no sé si fueron los golpes de ayer o es porque me llamaba la atención aquella chica.

Tal vez disculparse era la mejor opción sin embargo la otra persona por lo que le hiciste pasar no pensara que seas honesto.

Su actitud justifica, la mia.

Y un 28 de mayo no fue la excepción.

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