A finales del año 1988 Específicamente Noviembre, nació un niño siendo el 4to hijo de una familia, decidieron darle por nombre Alexander J. Hijo único varón de unos padres que formaron una familia de 5 hijos, las cuales 4 eran niñas, en fin el solo único varón, él (Alexander J.) un niño con rasgo de realismo, su emocionalidad y su independencia. Era una persona que siempre trata de ver el mundo tal y como es, intentando no anteponer sus apreciaciones personales que puedan distorsionar la realidad. Le gustaba ser libre para pensar y actuar, y era capaz de atender todos los asuntos que se le van presentando en la vida sin dejarse llevar por presiones externas. No le gustaba que le organicen ni le dijeran lo que tenía que hacer, él se regía por sus principios. Sin embargo, en ocasiones surgen sus dudas, que le hacían vacilar y dudar de sus capacidades. En esos momentos solía encerrarse en su coraza de frialdad, reprimiendo sus emociones, que pueden explotar en situaciones de gran tensión. muy interactivo, a medida que pasaron los meses y años creció siendo un niño muy inteligente pero muy arriesgado, sin medir cada riesgo por su capacidad de seguir indagando cada cosa que la vida le mostraba, sin una minina razón al riesgo que en ese momento se podía exponer , a pesar de que la Vida no le sonrió tanto, al llegar a su adolescencia su pasión por la motos era una de las felicidades de cada día, con esfuerzo y trabajo logro tener una pero él quería una con más velocidades y potencias, fue entonces que sus hermanas para su cumpleaños número 23. Le tendrían su regalo, su gran sorpresa, (una Moto) su felicidad era sencillamente la MOTO lo que más desearía, emociones, sentimientos de adrenalina `por tener lo que esperaba desde hace años, se enamoró, ¡Sí! Muchas veces, de una de esas relaciones nació una niña, la hija de sus ojos, pero solo un amor lo engancho quedandose junto a él los mejores años de sus corta vida. La tarde de ese último domingo relativo sin saber un día está descansando, dormido, solo pensando o quizás soñando en una y gran inquietud que daba vueltas en su cabeza , y se preguntaba ¿cómo será el cielo? se preguntaba una y varias veces tanto que luego lo llegó a comentar y es que su inesperada curiosidad , era inquietante para ésos últimos días desde su sueños y forma tan inquietante de pensar en el cielo, trajo consigo cantos y alabazas a Dios, (Levanto mis manos aunque no tenga fuerzas, levanto mis manos aunque tenga mil problemas Cuando levanto mis manos , comienzo a sentir Una unción que me hace cantar , cuando levanto mis manos comienzo a sentir el fuego ,cuando levanto mis manos, mis cargas se van nuevas fuerzas Tú me das. Todo esto es posible, todo esto es posible cuando levanto mis manos.) Cada día y noche la cantaba, dándoles fuerza y aliento a algo que quizás solo él, sentía.
Pero ese domingo no solo ocurrió en horas de la mañana todo eso en su mente, también Alexander J. decidió abrir su corazón, dándole salida a cada sentimiento acumulado que sentía desde hace años, un sentimiento que no pudo callar y PUM, dejo salir, habló de ese sentimiento de dolor y rabia, de malestar cuando por años callas, y callas y luego no puedes controlar las palabras. Ese día no dejo que abusarán más de él, no permitió una ofensa y un maltrato verbal, por parte de un persona que solo eso le daba sin medir el dolor que le ocasionaba, pero él se armó de valor y dijo ni una ofensa más y libero cada palabra que tenía guardada en su alma para esa persona sin saber que le dio paso a que su alma quedara libre de cualquier sentimiento negativo. Y es que algún día te has puesto a pensar a donde va lo que decimos, todo lo que no decimos sentir, las miradas que no entregamos, los besos que no damos , los miedos que no soltamos , las angustias , los gritos . Sabes a donde van las palabras que no se dijeron?
-A dónde va lo que quieres hacer y no haces?
-A dónde va lo que quieres decir y no dices?
- A dónde va lo que no te permites Sentir?
Que difícil era para él, pero nunca dijo lo que sentía y se acumuló en el cuerpo. Todo eso lo llevó al dolor, llenó el alma de gritos mudos, lo que no decía él se transformó en insomnio, en dolor de garganta, se transformó en nostalgia, en destiempo. Lo que no dejó se transforma en debe, en deuda en asignatura pendiente, insatisfacción, tristeza, frustración, trauma, veneno que mata el alma, se encierra en tu pasado y deja heridas abiertas.
Esa tarde de ese domingo Alexander J. decidió abrir y liberar cada herida, llorando al final por cada descarga emocionar que soltó, pero que por años no lo dejaban respirar, que extraña la vida y quizás de la mano el tiempo con un sabor a muerte, ¡verdad¡ quizás sin saber te va preparando a cada momento que vivirás en horas futuras. Bueno así mismo le paso a él, un joven lleno de vida, con ganas y sueños de seguir luchando y seguir aprendiendo, de seguir jugando, porque su vida a pesar de todo lo que tenía por dentro siempre había un guachapa , una risa, un amor y un gesto de cariño que dar.