CAPITULO II UN DÌA A LA VEZ.

-Llegó el amanecer de una nueva semana para Alexander J.  el gran lunes, preparándose para una jornada laboral como de costumbre, despidiéndose de su madre, con la Bendición diaria , enfrentándose a cada pensamiento mientras caminaba hasta donde quedaba su trabajo, preocupado por todo lo que el domingo había ocurrido, pensando que fue muy fuerte a liberar cada palabra hacia esa persona que el a pesar de toda las diferencia lo amaba , segura estoy de que así era , sin embargo en su cabeza seguirá esa canción que lo hacía sentir distinto, pero se tornó extraño y pensativo a los ojos de sus compañeros de trabajo. Ese día recurrieron cada minuto, horas, sin imaginarse que estaba en un laberinto  por el tiempo. Pero igual continuo hablando con cada uno de ellos , disfrutando de cada chiste cotidiano que ellos siempre expresaban, sin saber con unas cuantas fotos tomadas de lo que sería un último día, antes de  que ocurriera lo que él nunca se imaginó.

Alexander J. Fue hasta su casa esa tarde pasó momentos únicos con su novia y amigos esa noche de cielo oscuro, dándole paso a anécdotas formadas por cada uno de ellos, para contar, a pesar de ser lunes en la  noche lo disfrutó porque al otro día no había trabajo por ser día festivo en nuestro país, podía pasar toda la madrugada con su novia y amigos, sin embargo no ocurrió así, estaba cansado por haber tenía un gran y cansado día laboral, y decidió dormirse temprano.

          Llegó el Martes día festivo, inicio de un nuevo mes entrando a Mayo, 1 día del Trabajador. Alexander J. Durmió casi toda la mañana , despertó casi al mediodía para alistarse sin ni siquiera comer para pasar a buscar a su amada Novia que pasaría un día con ella completo, preparándose para salir en su pasión , en lo que amaba con adrenalina su Moto,  una pasión que nadie podía controlársela , era simplemente, el mundo mágico que sentía al montarse en ella,  y es que el con sus amigos , utilizaban su propio idioma y él decía es que los motociclistas manejamos un lenguaje que muchas veces solo nosotros entendemos, porque por más que nos esforzamos en explicarle a alguien lo que se siente estar en una moto, el aprendizaje, la libertad o la sensación, pocos entienden de que hablamos. Es como si supiéramos que si todos manejáramos moto, el mundo pudiera mejorar considerablemente, sólo por que vivir felices nos hace querer ser mejores personas. Sobre una moto no importa a qué te dediques, qué religión tengas o de qué lugar eres… Ya eres mi compañero y al final del camino seguro serás mi amigo. Busqué mi libertad por todas partes y la encontré justo aquí, sentado en una moto.  Esto es algo que sólo nosotros los que manejamos motos  entendemos, esa sensación indescriptible. Puedes leer, ver o escuchar cualquier cosa sobre la libertad de un Motociclista pero solo hasta que te subes a una y estas en el camino, entiendes de que se trata. Sin fin  era su eterno amor  (La Moto). Tanto que nunca se imaginó que ella la moto, sería su amada  inseparable la  que estaría junto a  él, al momento de sus últimos días.