Un Alma Aparte

II. EN LA CATÁSTROFE

                  1. 2. EN LA CATÁSTROFE

 

1.

 

Richard estaba sentado en la recámara izquierda, delante de la pieza de los niños. Eran las once de la noche. Caroline leía en el living. Se encontraba sentada en un sillón marrón claro, y movía sus pies. Tenía algo de frío, aunque intentaba no ir a recoger una manta, porque ella sabía que si lo hacía comenzaría a tener calor, y luego vendría el sudor. Richard había ido hacia su habitación, luego de haber guardado algo en la recámara vacía que, según Caroline, tenía pensado dársela al próximo hijo -si es que la pareja decidía tener otro chico. ¿Cuatro? No, creo que es mucho, se dijo.

Richard estaba acostado, repasando la charla que había tenido por la tarde en el bar de Bartolomé. Era alguien que desconocía completamente. Tuvo curiosidad por saber quién era. Todo había comenzado con un estúpido accidente que él sin querer provocó. Había caído y sin querer tiró el vaso de cerveza de Richard, aunque volcó poco más que nada. Se sentó a su lado y comenzaron a hablar. Le dijo su nombre, era Michael, aunque no recordaba su apellido. Algo parecido a Ennerviche. Le había agradado, pero tenía cara de que todo lo que hizo había estado planeado por un grupo de villanos, tipos malignos de película que harían cualquier cosa por ver a su gente triunfar. Richard sospechaba de él, pero no podía sospechar de nada. No era el culpable de un asesinato que se había dado hace unos días, porque simplemente no había ocurrido. Richard pudo observar que Michael reía cada cinco segundos, con una risa maligna, de un hechizero.

En la cama, durante unos minutos, recordó penosamente a Ronald.

Al recordarlo, se paró y volvió a ir hacia la recámara. Se paró ante un cajón inmenso de libros y notas antiguas. Entre ellas estaba una que Ronald había escrito días antes de morir.

 

Richard, por favor, no le cuentes a nadie. Quizás alguien jugó las cartas antes que tú, quizás tiraste muy tarde, pero lee esto a tiempo y revélalo antes de que “muera”... todo ocurrirá con.............

 

McDost lo había previsto. Alguien jugó las cartas antes que él, tiró las suyas demasiado tarde. Los nombres estaban tachados con una tinta negra. Pero él jamás le contó a alguien acerca de ésto. Era un secreto entre él y Ronald, era lo que únicamente seguía manteniéndolos unidos, aunque uno esté en el cielo y el otro en la vida normal, cotidiana, diaria. Ronald había muerto queriendo saber la verdad... pero, si era así, ¿por qué no reveló todo antes de morir? Es estúpido pensar que alguien “bueno” -si se podría decir “bueno”- muera sabiendo la verdad y que no la haya dado pública. Ronald le había entregado la carta un día antes de morir, porque él sabía qué iba a ocurrir. Cuando los oficiales encontraron un video de una cámara de seguridad y vieron como un grupo de personas con máscaras negras asesinaban brutalmente a Ronald, él ya tenía previsto que eso iba a ocurrir. McDost le entregaría a éstas personas -lideradas por el ya mencionado John “Jack” Anthony Kazpertech-. Todo había sido falso, y ha de ser muy obvio. Pero Ronald sabía algo más, cuando iba a suceder la catástrofe. Era amigo de quien la iba a provocar. Había hecho su plan... Richard no tenía idea de que era “la catástrofe”, aunque siempre oía que su mente la decía: en tantos días sucederá...

Caroline había puesto música en el antiguo tocadiscos, y comenzó a sonar el Barbero de Sevilla de Gioacchino Rossini. Michael pudo percibir el bajo sonido de la canción, y comenzó a tararear su melodía.

Volvió a la cama y siguió pensando, acostado, sin saber que hacer. Quería saber todo, tenía esas ganas grabadas en la cabeza. Ronald había dejado muchas pistas sin descifrar, miles, y quizás había otra persona que intentaba descifrarlas primero; pero algo que seguía sin enteder... la catástrofe, ¿qué era aquello que siempre le revolvía la cabeza durante más de cinco minutos... era algo inédito, que nadie sabía. La catástrofe se iba a presentar en un lugar inédito. Aquel que jamás se había presentado ante él... eso era mentira.



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En el texto hay: esquizofrenia

Editado: 07.06.2018

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