Un alma perdida

Epílogo

Cuando la policía llegó ya era muy tarde.

Primero encontraron los cadáveres desenterrados y a Samuel bajo el árbol. Caminaron con temor al interior de la casa. Era difícil respirar en ese ambiente pesado y sangriento. Cuando entraron encontraron al padre con un gran charco de sangre a su alrededor.

Subieron las escaleras a la expectativa y en el cuarto se encontraron con una escena muy desagradable.

Madre e hija estaban muertas.

La madre se encontraba sumamente pálida porque tenía un corte en el cuello, había muerto desangrada. Y su hija estaba igual o peor que ella.

Atrás de ellas, en la pared blanquísima, estaba escrito un corto mensaje con sangre escrito en mayúsculas: SIGUE VIVO Y HAMBRIENTO.

La policía pensó en el asesino de los desaparecidos pero que equivocados se encontraban, pues, ese ya era el menor de los peligros. En el pueblo seguía el monstruo dispuesto a seguir jugando con sus títeres en un espectáculo hecho de muerte, sangre y dolor. 
 



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En el texto hay: miedos, terrorpsicolgico, luchas internas

Editado: 03.07.2019

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