Un alma y un cuerpo vacío

Capítulo 1

Al pensar en vivir cuando todo se empaña, imaginar en lo escrito cuando se borra, viviendo letras pasadas del destino ya escrito de sorpresas planeadas, pero tengo la esperanza en un mañana incierto escribiéndose en presente desconocido.

 

Lo que sigue ahora es mi vida es despertar con el sonido del despertador, siento mi respiración, abro los ojos y lo primero que veo son los destellos verde de los numero, con golpes en varios intentos logro apagarlo.

 

Siento caricias en mi espalda, me quedo inmóvil disfrutando de una palma que sube hacia mi nuca para acariciarme el cabello.

 

­—Ya despierta, Matt— lo dice en un volumen de susurro— ya es hora, levántate, no puedes llegar tarde, es tu primer día como profesor de arte— me mueve constantemente cada movimiento con más fuerza.

 

Aunque de verdad estoy emocionado, porque finalmente aré lo que me gusta; poder encontrar la emoción cuándo una persona descubra lo que puede expresar, de lo que yo no pude expresar a esa edad, sólo podía imaginar esas rutas.

 

—Mmmm, otro ratito, amor— se lo digo en lugar de saltar de alegría y sólo me envuelvo en las cobijas hasta la cara para hacerla enojar sólo un poco.

 

Miro por curiosidad, me quedo hipnotizado con tan sólo verla recogerse el cabello, ella me ve, pero no dejo de verla.

 

— ¿Qué? — me lo dice con una sonrisa.

 

—  Eres muy  hermosa— no dejo de sonreírle.

 

Ella se sienta en la cama tomando un cepillo y comienza a desenredarse, me acerco a ella de un solo movimiento y tomo su cintura.

 

—Te amo— se lo digo al encontrar sus ojos y me quedo en ellos esperando su respuesta.

 

—Yo también— lo dice con una áspera voz sin mirarme y yo solo me quedo viéndola esperando si hay algo más.

 

Suspiro después de unos segundos aguardando la respuesta que esperaba, pero se podría decir que está bien, bueno esta de mala cuando no duerme bien y con sus turno en el hospital es más seguido este humor, aunque eso no me detiene para que aparezca en ella una sonrisa, a veces es más alejado ese sentimiento, así que la tomo en un abrazo y la acuesto sobre mis piernas, mirándola fijamente comienzo a sonreír al igual que ella, le retiro los mechones que cubren su rostro.

 

—Te amo— se lo vuelvo a decir, la beso por todos su cuello mientras recorro mis manos en su cintura haciéndole cosquillas.

 

— ¡Basta, basta, basta! — lo dice envuelta de carcajadas.

 

Paro, me quedo quieto mirándola esperando su respuesta.

 

—Tú sabes que te amo— lo dice lento mirándome y rosando mi pelo.

 

—Lo sé, pero me encanta oírlo–termino la fase con un beso.

 

Me quedo rosando sus labios, esperando su reacción, ella sonríe, toma mi cara y la lleva hacia ella me da unos beso lentos y largos hasta que me retira de ella para salir de la cama para dirigirse al baño.

 

—Me encanta estas mañanas— se lo digo en un tono alto para que volteara y lo hacer con una sonrisa— aún tenemos tiempo— mi expresión maliciosa aparece con malas intenciones.

 

Tiffany moviendo la cabeza de un lado hacia el otro, aún sonriendo, sube muy lento a la cama con sus ojos en mí y yo en sus ojos castaños mientas se acerca.

 

—Matt sabes lo que me encanta de ti cada mañana— sigue hacia mí mordiéndose el labio inferior.

 

La miro disfrutando de lo que veo venir, mi corazón se acelera, me siento tocando el respaldo de la cama esperándola.

 

— ¿Cuál de mis virtudes sería?—alzo las cejas alardeando.

 

Ya está sobre mí, rosando sus labios en mi cuello, cierro mis ojos, cruza a mi mejilla hasta mis labios rosándolos con los suyo, me quedo quieto con una respiración agitada con cada rose, en el último lo hace más lento y permanece iniciando el beso, el cual no tardó en responder, llevo mi mano derecha hacia su rostro sintiendo las contracciones de sus besos aumentando su intensidad, con la otra mano deslizo suavemente desde  su nuca a su cintura, subo por dentro de su blusa parando para hacer pequeños círculos con las yemas de mis dedos, cuando ella siente eso para con una sobresalto mirándome a los ojos con la misma mirada de deseo que yo, después de respiraciones agitada con mi mano derecha la acerco hacia mí besando su cuello subiendo hasta sus labios, mi mano continua acariciando toda sus espalda subiendo su blusa en cada movimiento estoy a punto de quitársela cuando la alarma del despertador comienza a fastidiarme, ella se despega del beso para verlo.




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