Un amor a la antigua

Capitulo 12

Operación conquista.

Blake

— Hazme caso, solo acércate y háblale no es nada del otro mundo. — Chace se encontraba a mi lado, nos encontrábamos a unos cuantos casilleros de distancia de la castaña.

— Tu no opines que eres un pirujo. — Yess estaba a mi otro lado viendo a la chica que había llamado mi atención desde hace tres semanas y no podía acercarme a ella para si quiera pedirle un lápiz, me causaba mucho temor. — tienes una clase con ella, por que no solo le pides un apunte algo así. — con los brazos cruzados deje caer mi cabeza en uno de los casilleros soltando aire frustrado.

— Sería muy idiota de mi parte intentar acercarme así a ella. — Yess frunció sus cejas en un claro ejemplo de confusión.

— ¿Por? — indago.

— Es una cerebrito, no es de ultimo año, ella esta en el mismo año escolar contigo, pero va muy avanzada en bastantes materias las cuales la ayudan a exentar materias en su defecto adelantar materias de años mas avanzados. — Chace respondió por mi. — ella es inteligente y guapa, todo lo que se busca. — gire mi vista para poder ver a Chace. — Oye tranquilo amigo, nunca dije que te la quitaría, vamos es la primer mujer que te gusta y intentas algo, no haría eso a mi mejor amigo.

— Más te vale por que te lo corto si dañas esto. — Yess sentencio. 

— Vámonos ya, me siento un acosador viéndola desde lejos sin poderme acercarme. — separe mi espalda de el casillero en el cual me encontraba recargado hasta que algo mejor dicho alguien me distrajo, un chico se le había acercado, ¿pero como podía hacer eso? a mi me intimidaba el acercarme a cualquier chica que no fueran Yess oh Kels, ahora ella la castaña aun mucho más por el mero echo de que me atraía.

— Si yo no fui, alguien más ya se adelanto. — Chace comento divertido.

— No es gracioso. — riño Yess. — tal vez solo sea un amigo. — el chico se veía muy alegre hablando con ella, y ella no dejaba de sonreírle, tenia una sonrisa tan bonita que iluminaba el lugar donde estaba. 

— Vámonos. — emprendí mi camino a la salida del colegio era fin de semana, y las clases ya habían terminado.

Subí a la camioneta que nos recogía a Yess y a mi del colegio, mi cabeza estaba echa un lio, quería acercarme a ella, pero no podía, no encontraba la forma correcta de hacerlo, no quería quedar como un completo idiota frente a ella, a ella que era tan inteligente, que imponía tanta seguridad, quería ser alguien para ella en su vida, necesitaba que la castaña estuviera en mi vida. Después de aproximadamente unos treinta minutos llegamos a la casa, baje con mis cosas de la camioneta directo a mi cuarto, necesitaba calmarme, estaba frustrado y enojado.

— Blake. — tocaron a mi puerta. — ¿puedo pasar? — era Morgan, es mi amigo antes que mi padre, el podría ayudarme.

— Pasa. — estaba sentado en la silla de mi escritorio con el pecho pegado al respaldo de la silla, tenia una pelota de tenis que aventaba a la pared, necesitaba una distracción.

— ¿Todo bien? — entro cerrando la puerta después de el, negué con la cabeza, ni hablar podía. — ¿Qué es lo que pasa? ¿problemas con la escuela? 

— Algo así. — lance la pelota de nuevo, necesitaba hallar la forma de decirle mi situación pero me avergonzaba, ¿quién a sus 16 años no sabe acercarse a una chica? si solo yo, el tonto aburrido Blake Wiliams que planifica todo. 

— Cuéntame que sucede, tal vez te pueda ayudar. — se sentó en la orilla de mi cama, que ahora ya no tenia aquel carro de carreras como base, ahora era una de madera totalmente negra con cajones, puso sus manos a cada lado de el sobre el cubre cama que fue de autos de carreras a una simple tela gris.

— Es vergonzoso. — confesé.

— Soy tu amigo, los amigos se cuentan cosas vergonzosas. — esto era lo que me gustaba de Morgan, siempre se ponía en el papel de amigo, nunca en el de padrastro y me entendía mucho con el. — Anda. — me incito. 

— Hay una chica. — deje de lanzar la pelota y la deje en mi mano para tener algo con que distraer mi vista y no verlo a los ojos. — una chica de pelo castaño que brilla bajo los rayos del sol, con una sonrisa que brilla el lugar en donde quiera que vaya, con una piel tan suave que... — me detuve al escuchar que alguien se atragantaba detrás de mi puerta, dirigí mi vista al lugar de Morgan, pero el se encontraba frente a mi, sin parpadear, creo que hasta sin respirar.

Me levante de mi lugar para ver de quien se trataba, al abrir la puerta pude ver que era Janeth que me dedico una sonrisa discreta pero apenada.

— Perdón, perdón, no era mi intención invadir tu privacidad, pero cuando llegaste a casa, ni siquiera te molestaste en avisarme que ya habían llegado como siempre, y te vi un poco alterado, decidí seguirte prometo que no he escuchado toda la conversación.

— ¿Qué es lo que has escuchado con exactitud?

— Desde hay una chica, hasta piel suave. — al menos no había escuchado desde un inicio mi vergüenza, Morgan seguía sin moverse.  

— Creo que entro en un estado de shock. — me hice a un lado de la puerta invitándola a pasar, ella accedió y yo cerré la puerta de nuevo.

— Pero sigue contando por favor. — Janeth pido, sentándose a un lado de Morgan y yo retome mi posición anterior. 

— Primero revisa que este bien.

— Esta bien, solo impresionado, continua por favor. — me insistió que termine soltando aire, si con Morgan era difícil hablar, con Janeth más.

— Como decía, hay una chica que me atraía... — me rasque la nuca nervioso. — bueno me atrae.

— Continua... — Janeth tenia las manos sobre su barbilla prestándome total atención.

— Ella es no solo guapa físicamente. — sonreí. — es bella por la seguridad con la que anda por los pasillos, su olor a vainilla cada que se siente frente a mi es mi nuevo olor favorito, cuando ríe es el mejor sonido, es inteligente, esta en mi clase de literatura por ser la más avanzada de su clase. — suspire agachando mi vista. — pero no he podido hablarle.




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