Un amor a la antigua

Capitulo 23

La llegada.

Blake

Abordar el avión para mi nueva vida no fue problema al principio, todos teníamos los papeles en regla, aunque siendo menores de edad los cuatro hubo uno que otro comentario y inconveniente, pero Morgan ya se había encargado de todo, el vuelo duraba aproximadamente unas 9 horas, era la primera vez que viajaría sin Morgan haciéndole burla a Yess por tenerle miedo a las alturas, a Janeth comprándonos comida y cosas para entretennos en el avión, siempre viajábamos en primera clase, ahora el viaje era totalmente diferente. 

El aeropuerto estaba un poco lleno, se veían desde familias, hasta turistas y gente de alto rango, no tenia a mi familia a lado de mi para que me dijera que todo iba a estar bien y poderme tranquilizar, ya nos encontrábamos en la fila para abordar cuando algo llamo mi atención detrás de mi.

Un tipo alto, corpulento no quitaba su vista de mi, venia vestido todo de negro y podía ver que sostenía algo entre sus manos.

— Oigan a todo esto, ¿ustedes saben hablar ruso?, digo yo apenas se hablar mi idiom. — Colton estaba demasiado nervioso  por todo lo que íbamos a enfrentar, no lo culpaba, ni yo sabia lo que nos enfrentaba al pisar mi tierra natal

— Si serás idiota, para eso tenemos a un ruso de nacimiento. — Karina me tomo de la mano para entrar en la conversación que tenían pero me fue imposible quitar la vista del tipo que estaba detrás de nosotros, no me daba buena espina. — ¿cierto Blake? ¿no se te abra olvidado tu idioma verdad? — Karina, Colton y Prien comenzaron a reírse, un escalofrió recorrió mi espalda cuando vi al tipo sacar una navaja, mierda, mierda.

— Стоп, это сын Васильева, наследника русской мафии, говорит с вами.

<Detente, te habla el hijo de los Vasíliev heredero de la mafia Rusa. > Le había dicho en mi idioma natal al tipo para confirmar mis sospecha de que viniera por mi y hacerme daño, si era un criminal común y corriente me ignoraría, Karina, Colton y Prien habían dejado de reírse para verme asombrados.

— Vaya, vaya, no estaremos perdidos, aquí nuestro salvador sabe aún hablar ruso. — Prien alzo la vista al techo como dando gracias.

El tipo al que me había dirigido, guardo su arma y se salió de la fila para abordar, como lo sospechaba, venia por mi. 

— ¿Y qué diablos dijiste? — Colton me sacudió por los hombros para que toda mi atención estuviera en ellos tres.

— Nada importante. — alce los hombros restándole importancia, ya era demasiado peligroso el que supieran mi origen, ahora era mucho más peligro que vinieran conmigo, pero los tres se habían ofrecido sin titubear a acompañarme y su compañía ya era de mucha ayuda para mi, no quería que se preocuparan de más al decirles que nos estaban siguiendo y aun no salíamos de Estados Unidos sin correr riesgos.

— ¿Van a abordar? — pregunto una azafata distrayéndonos de nuestra conversación, ya era nuestro turno y no nos habíamos dado cuenta. 

— ¡Vamos a partirle el culo al que se quiera meter contigo! — Prien grito haciendo que los demás pasajeros nos dieran una mirada no muy amigable.

Y así abordamos el avión, aún no podía creer cuanto había cambiado mi vida de unos días para acá, como un niño de 16 años esta por tomar el puesto para dirigir una de las mafias más sangrientas y peligrosas del mundo, tenia muchísimo miedo, y el sentimiento de nostalgia me invadió a mitad del vuelo, ya no vería a Yess quejándose por todo del colegio y haciéndome reí por cualquier cosa, a Janeth haciendo constantes remodelaciones en la casa y preparándonos todos los postres que le pedíamos, a Morgan ayudándome a mejorar mis tacleadas como defensa de futbol, a Chace haciendo sus bromas ridículas y sus tontos apodos, a Kels queriendo golpear a Chace siempre que intentaba robarle un beso, a mi castaña a Nathaly deslumbrándome con su inteligencia y belleza.

Me tenía que despedir de esa vida, por que no sabia cuando iba a volver a verlos, es más no sabia si los volvería a ver, sabia que le había echo una promesa a Yess de regresar, pero siendo sinceros, ni yo mismo sabia si esta vez iba a poder cumplir mi promesa.

Me quede dormido cuando faltaba aproximadamente una hora para llegar, no había comido nada en todo el vuelo el hambre se me había ido, solo tomaba agua, Prien, Colton y Karina se atiborraron de toda la comida que les ofrecían, se lo atribuían a los nervios, la azafata me despertó cuando faltaba media hora para el aterrizaje al igual que a mis acompañantes, no había sido tan cómodo el viaje, esta vez no fue primera clase, fue clase turista según Morgan para no levantar sospechas, a mi me daba igual, solo quería llegar para que no les hicieran daño. 

Cuando bajamos del avión, caminamos un largo pasillo para ir por nuestras maletas, ya cuando las tuvimos iniciamos otro recorrido para la salida del aeropuerto yo los guiaba ya que no sabían leer ruso, antes de llegar a la salida note como detrás de nosotros siete tipos iguales a los que había visto venían detrás de nosotros siguiéndonos.

— Y bueno... ¿para donde vamos o que? — Colton buscaba con la mirada algún sito que le dijera, "vienes a ser parte de la mafia, sigue las indicaciones dobla a la derecha"

— Morgan dijo que tomáramos un taxi y le diéramos esta dirección. — saque la nota que Morgan me había dado, era la dirección de mi antigua casa, pero no podía ya utilizar mi apellido americano, tendría que retomar mi apellido original. 

— Espero que sea un buen hotel, me duele todo el trasero de estar sentado por tanto tiempo. — Prien estiro los brazos a lo cual Karina rio por su comentario.

— Tenemos cosas que hacer, no vinimos a descansar. — Karina lo regaño.

Estábamos afuera del aeropuerto esperando un medio de transporte para irnos a la dirección que Morgan me había dado cuando los tipos que nos venían siguiendo nos abordaron por la espalda, todos con pistola en mano nos taparon la cabeza con bolsas de tela negra, intente defenderme pero varios me tenían agarrado, escuche los gritos de Karina desesperados llamándome pidiendo ayuda y los puñetazos de Colton y Prien intentando soltarse, pero era imposible, nos tenían amarrados de las manos para inmovilizarnos, y nos subieron a la que parecía una camioneta por lo espacioso que era.




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