Un amor a la antigua

Capitulo 50

Al descubierto Parte II

Blake

— No pienso decirte absolutamente nada. — Feddei volvió a intentar quitarme del camino.

— Me vas a decir todo o te juro que...

— ¿Qué? ¿Qué me juras?

— Juro que de aquí no sales vivo. — Feddei se tenso ante mi comentario. — Sabes que tengo el modo, y las personas para hacerlo.

— ¿Me estas amenazando?

— Tómalo como tu quieras, pero no pienso dejar que sigas lastimando a tu hija y mucho menos que pongas en riesgo la vida de mi familia, por que si los italianos saben de mi familia en New York y les pasa algo no vas a vivir para contarlo. — sentencie firme. 

Feddei pareció dudarlo, pensarlo, estaba analizando sus opciones.

— Supe que ya habían metido a alguien en la organización por un primer atentado que sufrimos de los italianos. — hablo al fin.

— ¿Qué atentado?

— Estábamos haciendo una embarcación de droga, la íbamos a pasar por un barco hasta España, de ese movimiento solo sabíamos cuatro personas, los compradores Alek y yo.

— ¿Y cómo sabes que no fueron los compradores?

— Ya habían pagado, además que era un clan que apenas comenzaba a hacerse famoso, no tenia aliados, y mis socios ofrecieron el apoyo para así ayudarlo a levantar, así cuando estén arriba tendremos más personas de nuestro lado, velo como un modo de expandirnos. 

— ¿Cómo supiste que era Alek? 

— Cuando nos interceptaron, derrumbaron a varios de mis hombres, estaban apunto de matarme, conozco mis armas, y ellos traían mi armamento, y yo no se los di, la única persona que tiene acceso a las armas aparte de mi es Alek.

— ¿Por qué vendiste a Alisa?

— Luego del atentado, me empecé a quedar sin gente, tuve que formar alianzas con muchas personas y reforzar algunas, no se que le hayan ofrecido a Alek pero se lo iban a llevar, debo admitir que es un excelente armador, sabe como mejorar las armas.

— Por eso no lo quieres perder.

— No quiero perder su cerebro, pero ya encontré a alguien más que sin problemas lo puede reemplazar.

— ¿Quién?

— Tu amigo Prien.

— A el no lo vas a meter en esto. 

— Ya esta metido en todo esto, ¿me vas a dejar terminar de hablar o vas a seguir interrumpiendo? — después veré el modo de quitar a Prien de su vista.

— Continua

— Como decía, la gente comenzaba a revelarse en mi contra, aún con las alianzas mi hacia falta apoyo de alguien  que infundiera miedo, no podía perder a la persona a cargo de mis armas y tampoco podía perder de vista a mi enemigo, a los amigos se les debe tener cerca y a los enemigos mucho más, Alek siempre a querido estar con Alisa.

— Pero si es mucho mayor que ella.

— Alisa tiene veinte, y Alek veintitrés no es tanta la diferencia.

— ¿Y tu por que aceptaste esto? — esta vez me dirigí a Alisa.

— Por que estaba cegada de todos los lujos que tenía y no quería perder. — esquivo mi mirada, podía escuchar el arrepentimiento en su voz.

— Alek dijo que aceptaba quedarse y apoyarme si yo le daba a mi hija, pues entre mafias sabemos que lo que no puedes tocar a un ser querido cuando es tu aliado, la familia en este medio importa mucho, si se es aliado te desvives por ella, por que este bien, pero si eres enemigo es un estorbo por que lo utilizaran para hacerte sufrir, debía asegurar la vida de mi hija, le dije que se la entregaba solo si se casaban.

— Dos semas después se anuncio mi compromiso con el. — intervino Alisa. — Y desde ese día he vivido con el, y comienzo a hacer cosas como su mujer, me involucro en sus asuntos, y así consigo información.

— Las cosas se calmaron por un tiempo, el cual no duro mucho ya que nos volvieron a atacar y no solo a nosotros como organización, fueron tras los herederos.

— ¿Dijiste los? — sabia que Máx también formaba parte de esto de manera indirecta, pero Feddei me dejo claro que los Smith no querían que se involucraran en esto.

— La persona que irrumpió en tu casa y que casi mata a tu hermanastra y madrastra no lo mande yo.

— Pero si era ruso.

— Alek lo envió con ordenes de los italianos, en realidad iban por ti, pero tu familia estaba en el lugar equivocado no tu.

— Y el otro tipo, el del aeropuerto.

— Ese si lo mande yo.

— ¿A Máx también lo han amenazado?

— Si pero no tanto, como dije desde un inicio el que importa más eres tu, eres heredero por sangre y apellido. Cuando llegaras aquí, me tenía que asegurar para que pareciera como si tu vinieras por tu propia cuenta, por eso Morgan me ayudo.

— ¿Morgan sabía de todo esto?

— Si, el fue quien nos dio el aviso de que los italianos sabían de tu paradero en New York.

— ¿Cómo?

— Cuando le dispararon fuera de su oficina, un guardaespaldas de Morgan se vendió a los italianos y dijo que el heredero Ruso se iba a ver con Morgan por que estaba bajo su cuidado.

— ¿O sea que no iban por Morgan, iban por mi?

— Iban por ambos, saben que  Morgan fue quien te ayudo y te saco el día que mataron a tus padres. — la cabeza comenzaba a dolerme, era mucho que procesar.— Todas esas reuniones, peleas, fiestas, todo fue planeado para que te fueran conociendo tenía que parecer que no te quería ceder el puesto.

— Para que no sospecharan de que ya sabias que tenían alguien dentro. — Feddei asintió.

— Cuando tu tomaste el poder el rumor se corrió rápido a oídos de Loui, así que se tuvo que mover rápido.

— Alek le dio la información a Loui y Yuudai del arma que no esta a la venta.

— Tiene  miedo por que saben que conmigo fuera del poder, y tu ejerciendo presión y aliándote con los que se revelaron en contra de nosotros, los descubriéramos rápido.

— Por eso necesitabas que yo infundiera miedo en todo, en crearme una reputación, que me tuvieran miedo, para tener a alguien quien cuidara de Alisa y  al mismo tiempo yo pudiera cuidar de mi familia.




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