Un amor así T2

Cap 12: "Las raíces del amor"

La casa de Julián y Mateo amanecía con un aire especial. Santiago, aunque ya era un joven adulto, seguía visitando con frecuencia a sus padres, Julián y Mateo, quienes llevaban una vida tranquila en Pasto. Aquel domingo, mientras desayunaban juntos, Julián se levantó con una caja de recuerdos en las manos.

—Santi, hoy quiero contarte algo —dijo con una sonrisa serena, mientras colocaba la caja sobre la mesa.

Dentro había cartas, fotos antiguas, un mapa arrugado entre Tulcán y Pasto, y pequeños objetos que hablaban de una historia profunda y única. Mateo, con una mirada tierna, se sentó junto a Julián y lo tomó de la mano.

—Queremos contarte cómo empezó todo. Tu papá y yo no nos conocimos como todos los demás. Hubo un puente, un encuentro inesperado, y muchas barreras que derribamos por amor —comenzó Mateo.

Santiago se acomodó, curioso, mientras sus padres le relataban cómo ese viaje entre Tulcán y Pasto se convirtió en el inicio de su historia. Le hablaron de la lluvia, del primer café compartido, de las dudas, los miedos y de cómo Julián, un ecuatoriano que viajaba con dudas y sueños, conoció a Mateo, un colombiano lleno de ternura y fuego.

—Tuvimos que luchar contra prejuicios, Santi. Incluso con Fernando, mi primo, que al principio no lo entendía —dijo Julián—. Pero todo eso valió la pena.

—Porque el amor, hijo… el amor real, no tiene miedo. Y si lo tiene, lo vence —añadió Mateo.

Santiago los miraba con los ojos llenos de brillo, comprendiendo más profundamente de dónde venía. Catalina, que había llegado unos minutos después, escuchaba desde la puerta con emoción contenida. Daniela también apareció, invitada por los papás de Santiago para compartir ese momento especial. Había torta, café, y sobre todo, muchas lágrimas.

Al final del día, Santiago se acercó a sus padres y les dio un abrazo largo, fuerte, como si cerrara un círculo.

—Gracias por enseñarme a amar sin miedo —susurró.

Catalina lo tomó de la mano, Daniela los miraba con complicidad. Julián y Mateo se abrazaron entre sí.

La historia seguía… pero ese día, Santiago entendió que todo comenzó gracias a un puente, una mirada y la decisión de amar de verdad.




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