---
La noche después de la cita a la reevaluación, Mariana no podía dormir.
La ansiedad la apretaba como una niebla pesada.
Así que volvió al desván, ese lugar lleno de polvo, memorias y secretos.
Buscando entre los diarios antiguos de Julián y Mateo, encontró algo que no había notado antes:
un sobre cerrado, sellado con cera antigua, oculto entre las páginas finales del diario de Mateo.
Tenía una nota en la parte frontal:
> “Para quien herede nuestro amor…
que no tenga miedo de amar, aunque el mundo le diga que no.”
Con las manos temblorosas, Mariana lo abrió.
Adentro había una carta.
Escrita a mano.
Por Mateo Robledo, antes de morir.
---
> *“Si estás leyendo esto, probablemente eres parte de nuestra familia. Tal vez no nos conoces, pero nosotros te sentimos.
Fuiste el sueño que Julián y yo tuvimos alguna vez: que un día, alguien pudiera amar sin esconderse.
Luchamos mucho. Lloramos. Nos abrazamos en secreto. Y aunque el mundo quiso separarnos, nos prometimos no tener miedo.
Si tú estás enamorada y te están diciendo que no puedes…
ama igual.
Ama fuerte.
Ama limpio.
Ama sin vergüenza.
Porque el amor verdadero… trasciende la muerte.
Con amor desde el pasado,
Mateo Robledo”*
---
Las lágrimas corrieron por el rostro de Mariana como si las palabras la hubieran tocado el alma.
No era solo una carta.
Era un permiso para seguir.
Un abrazo desde otra época.
Una voz que decía: “No estás sola”.
---
Al día siguiente, con la carta en su mochila, fue a la sesión de reevaluación.
Cristian también estaba allí.
Ambos fueron interrogados, cuestionados, analizados por máquinas y personas que no los conocían.
—¿Cómo describirías tu relación con este joven? —le preguntó una psicóloga fría.
—No es una relación prohibida… —respondió Mariana, con voz firme—
Es una historia heredada. Un amor que sobrevivió décadas, y ahora me toca a mí vivirlo.
---
Al salir de la evaluación, Cristian la abrazó sin importar si los miraban.
—¿Y eso? —le susurró al oído.
—Una carta… —respondió ella— de Mateo.
Nos dice que no tengamos miedo.
Y por primera vez, Cristian la besó en la frente.
No fue un beso de amor físico.
Fue un beso de respeto.
De alianza.
De guerra justa.
---
#5586 en Novela romántica
#213 en Ciencia ficción
drama intergeneracional, romance futurista, amor prohibido juvenil
Editado: 28.07.2025