Cap 2: Entre risas y cicatrices

📍 Año: 2230
🎥 Ambientación: Hogar de Isabella y Emmanuel — mañana gris en Bogotá

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Narrador:

Las paredes de la casa estaban llenas de fotos... pero vacías de paz.
Isabella, aún despeinada por la noche anterior, tomaba café frente a la ventana. Su mirada no estaba allí. Su mirada estaba en otra vida, una que ya no tenía.
Emmanuel bajó las escaleras. Ojeroso, con olor a licor y desinterés en el alma.

—¿Otra vez te quedaste dormida en el sofá? —preguntó sin mirarla.
—¿Otra vez llegaste sin explicaciones? —respondió ella, sin miedo.

Él se encogió de hombros.

—No empieces.

Pero ella ya había empezado... hacía años.

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[Escena 2 – Cocina de Mariana y Cristian]

Mientras tanto, Cristian batía huevos en una sartén, mientras Mariana hojeaba un viejo álbum.

—¿Sabes qué me preocupa? —dijo ella.

—¿Qué te preocupa ahora, mi amor?

—Isabella. Ese matrimonio se está cayendo y ella no quiere que nadie lo sepa. Está maquillando las heridas.

—Tal vez aún cree que puede salvarlo —respondió él—. Pero hay cosas que no se salvan. Solo se entierran y florecen después... cuando una ya se ha ido.

Mariana suspiró, firme.
—No quiero que otra mujer de esta familia apague su luz por amor mal dado.

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[Escena 3 – Colegio de Valentina y Nicolás]

Valentina (16) salía del salón, apurada. Alcanzó a Nicolás (14) en el patio.

—¿Tuviste pesadillas otra vez? —le preguntó ella.

Nicolás asintió, sin hablar.
Valentina se detuvo y lo abrazó, en medio del bullicio escolar.

—No vamos a rompernos, Nico. Así esté todo podrido por dentro, nosotros no.

—¿Y mamá? —preguntó él.

—Mamá... mamá está luchando. Pero a veces uno se cansa de pelear solo.

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[Escena 4 – Casa de David]

David (33) trabajaba frente a una pantalla digital. Recibió una videollamada de su hermana Isabella. Su rostro se veía más pálido que de costumbre, y sus ojos más tristes.

—Hola Isa. ¿Estás bien?

—Solo quería hablar. Nada más.

—¿Emmanuel otra vez?

Silencio.

—¿Lo estás negando otra vez?

—No, David. Hoy... hoy ya no puedo.

David guardó silencio, pero sus ojos se llenaron de fuego.
—Dime cuándo y voy por ti.

Ella negó con la cabeza.
—Solo quería escuchar tu voz. Saber que no estoy sola.

David apretó los puños, pero su voz fue suave.

—Nunca lo estás.

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[Escena 5 – Final: Noche en casa de Isabella]

Isabella miraba por la ventana. Emmanuel no había llegado.
Sobre la mesa, un plato frío.
Encima del plato, una foto de su boda... agrietada justo donde estaban sus manos entrelazadas.

La rompió con un movimiento seco. Sin rabia. Con cansancio.

Y por primera vez en mucho tiempo, susurró algo que no era para él, sino para sí misma:

—No merezco esto.

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