Leonardo
Después de mi loco encuentro con Olivia, a quien de ahora en adelante llamaré pixie, regrese a casa. Por fortuna esta vez no me perdí.
—¡Llegas tarde! —fue el tan amable recibimiento de Valeria nomas al llegar a casa ¿qué no sabía de modales?
—Tarde... ¿a qué exactamente?
—¡A comer claro está! —su efusividad me marea la mayoría de las veces, pero esta vez notaba un tinte de amargura en sus palabras.
—No llegaron ¿Verdad? —acaricie la cabeza de mi hermana para hacerla sentir mejor, a veces ella todavía no podía comprender que papá y mamá eran personas muy ocupadas.
Tanto hasta para ignorar a sus hijos.
—No... —su voz estaba amortiguada por los sollozos— ¿Hermano...?
—Dime.
—¿Ellos nos quieren?
—Claro que si Vale, solo que...están muy ocupados —no sabía cómo explicarle las cosas a una adolescente, así que no comenté nada más— ¿Qué preparaste?
—¡Carne!
Sonreí al ver su cambio de ánimo tan drástico, esa era la Valeria que yo conocía.
Nos sentamos a comer en silencio hasta que note a mi hermanita muy inquieta, lo cual era mucho decir, considerando que ella siempre parecía estar como duende con sobredosis de dulces.
—Escúpelo —fue todo lo que dije, suficiente para que Valeria se soltara a parlotear.
—¡He conocido a alguien! —¿Qué? ¿Llevamos una semana en este lugar y está loca ya olvidó a su peores nada?
—Y... ¿Qué pasa con Bruno? —pregunté con cautela, lo que menos quiero es que lo recuerde.
—Ah, ya es cosa del pasado ¡Mochomo es mi nuevo amor!
Ok...no sé si es por el nombre o ese tipo me suena a delincuente juvenil.
—¿Ese es su nombre? —Yo estaba escéptico, seguro la duende quería matar de un infarto a mis padres...no encontraba otra explicación.
—¡Obvio no! Es un apodo, es que a él le van las carreras ilegales...ya sabes.
—No Valeria, no se —Lo que faltaba, la salvamos de un capullo y se consigue a un maleante.
—¡Ash! Pues me refería a las carreras de motos ¡tonto! —Vi cómo le brillaban los ojos y me asusté— Podrían ser amigos ¿no creen?
¿Yo? ¿Amigo de ese...? Puede que me gustaran las carreras de motos, pero no llegaba a los niveles del... galán de mi hermana.
—¿Qué te hace pensar que podemos llevarnos bien?
—Por favor, nunca te pido nada —arquee una ceja— bueno nada como esto —rectifico.
—¡Es un motociclista de mala muerte!
—¡Tú también!
—Es diferente Valeria y lo sabes.
—El punto es que ambos manejan motos, ándale, por lo menos conócelo.
—Lo que quieres es un apoyo con mamá y papá ¿no?
—Err...
(...)
Mugre corazón de pollo.
Para variar terminé cediendo a los caprichos de mi hermana y gracias a Dante, terminé en el puerto buscando al galán de Valeria.
Lo único bueno es que este ambiente me gusta, mi deber no tanto.
Veo a joven de cabello ¿negro o castaño oscuro? Bueno del color que sea, la cosa es que él parece tener la mejor pinta de por aquí.
—¡Oye! —gritó y veo como voltea al instante.
—¿Eres nuevo chaval? —es su contestación, yo tuerzo el gesto ¿Tan niño me veo?
—Si, pero no soy tan joven —hago una pausa mientras él me sigue viendo como extraterrestre— Busco a un tal Mochomo ¿lo conoces?
Ahora me ve de forma sospechosa.
—No eres policía ¿o sí?
—¡Claro que no! —primero creía que era un niño y ¿ahora policía? Este chico necesita repasar sus prioridades.
—Ah, pues está por allá con Miti —¿Enserio estos chicos no pueden tener nombres más normales?
—Ah vale, gracias...—espere un poco a que me dijera su nombre, el real al menos.