Un Amor De Chocolate

Alice

IAN

Pasamos una semana en calma, mi amado Orfen se esforzaba tanto por mi bien que opte compensarlo con lo que pueda, con tal de que mi hermoso novio se sienta felíz.

Cada vez que eatabamos en la intimidad sentía que toca el cielo con las manos. Sin embargo, una tarde en la cual él había salido un momento recibí un sobre que cambiaría mi vida y la de Orfen por siempre.

El mayordomo me entregó un sobre, yo me encontraba en la biblioteca. El sobre solo decía "Para Ian Duncan". Cuando quedé solo lo abrí, había varias hojas dentro. Empecé a leer.

Ian:
             
              Soy Lily Macallister, me recuerdas ¿verdad? En la última fiesta que pude asistir perteneciendo a la aristocracia te conocí. Vaya que llamaste mi atención,  en verdad me enamoraste bombón pero lamentablemente para mí, tú no te fijaste en mí por estar pendiente de ese Von Fisher.                 

Pero yo sabía que no debía rendirme por eso te drogue usando aquella droga que mi madre solia usar con mi padre. 
            
Funcionó mi amor, nos amamos ardientemente esa noche y aunque a mí me costó una vida llena de lujos el precio a pagar valió la pena. De echo mis planes eran seguir usando esa droga contigo ya que me excitaba la sola idea de tenerte en mi cama pero las cosas cambiaron drasticamente cuando supe de mi estado. Si estado. Estaba embarazada de tí. 
                
Me emocioné tanto que grite de felicidad. Mis padres me echaron de casa pero me dieron un buen dinero para poder vivir junto a nuestra hija. Ell se llama Alice Macallister  y es idéntica a tí. Es lo mejor que me pasó. Pero si ahora te estoy contando esto se debe a que tengo una mortal enfermedad. Me dijeron que pronto moriré y Alice quedará sola. 
                 
Mis planes originales eran criar sola a nuestra hija diciendole que nos abandonaste, porque nunca nos quisiste en tu vida. ¿Para qué te voy a mentir? Alice era exclusivamente mía y me aseguraría que su mente y su cuerpo también lo sean.

Después de todo es identica a tí. Pero como dije ya, me estoy muriendo y no quisiera que mi Alice quede sola en este mundo.
              
Por eso te lo estoy contando, te estoy diciendo que eres padre de una hermosa niña que en éstos momentos tiene 8 años. Ocupate de ella cuando yo haya muerto.

Lily

En otra hoja había otra nota dirigida a mí también pero la letra era distinta. Suspiré hondo y profundo antes de empezar a leer ya que temblaba como una gelatina por la increíble sorpresa que me habia llevado.

¿Tenía un hija? ¿Era padre? Sentí deseos de verte, quería tenerte conmigo. Así que esa loca ¿pretendía poner a mi hija en mi contra? Tenía que calmarme y seguir leyendo para saber dónde estabas en esos momentos.Te juro que deseaba verte, conocerte, recuperarte y ser en lo posible un buen padre.

Ian
           Soy vecina de Lily y su hija Alice. Ella murió hace tres días y tuvo un humilde funeral.

Momentáneamente estoy con su hija, pero no podré tenerla por mucho tiempo, ya que padezco de tuberculosis y me diagnosticaron poco tiempo de vida.
          Lily me entregó la nota anterior que estaba dirigida a ud señor Duncan y debía darsela junto a su hija cuando ella esté muerta. Me dijo en su lecho de muerte dónde se encontraba ud. Le pido por favor que venga a buscar a su hija, a continuación le mando la dirección. 
          Tengo que advertirle que Alice es una niña encantadora y muy inteligente. Tiene un retrato pintado de ud, ya que segun la madre fue a hablar con su padre, abuelo de la pequeña, para pedirle dinero.

Pero dijo que el señor Guy Duncan la ignoró mostrandole indiferencia. Lo único que le entregó fue un retrato de usted señor Ian.

Así es como Alice lo conoce perfectamente. Quiero decirle que Alice lo odia señor, es debido a su madre quien le cultivó ese odio hacia su persona. Yo solía decirle que hacía mal en hacer tal cosa, pero ella nunca me escuchó.
                Por favor señor Duncan, lo espero pronto para que se lleve a su hija Alice, y una vez más le aconsejo tenerle paciencia. Ella aprenderá a quererlo. 
La vecina.

Alice, no te haces una idea de la desesperación, y a su vez imensa alegría que sentí al leer esas cartas. Recién supe de tu existencia y ya deseaba poder abrazarte, besarte y decirte que todo lo que tu madre te dijo, por mucho que te duela, era mentira.

Hija lo que más anhelo es poder hablarte, abrazarte y jurarte que nunca pero nunca te abandonaré. Te quiero mi niña, y estoy desesperado por verte.

En ese mismo instante dejé las cartas allí mismo, y tras decirle al mayordomo que le diga a Orfen al llegar que fuí a la dirección que indicaba una de las cartas que recibí, salí corriendo en busca de tí, mi pequeñita.

El camino hacia ese lugar estaba cerca y pasaba por el puerto, pero al llegar allí cuatro hombres me sujetaron.

—¿Quiénes son ustedes? ¡Sueltenme!
—Eres Ian Duncan — me dijo uno de ellos — Tu padre Guy nos envió para buscarte, forzarte a subir al barco y llevarte a su lado. Donde perteneces.
—¡No! ¡Sueltenme!

Me arrastraban hacia el barco que estaba a punto de zarpar. La desesperación estaba a punto de enloquecerme porque quería ir a buscarte hijita, y me estaban secuestrando otra vez maldita sea.

Gritaba pero sentí un pinchazo en mi cuello y mi visión se tornó borroza. Las fuerzas desaparecieron súbditamente.

"Alice...hija....Alice....tengo que.....ir en busca de mi.....mi niña....Alice"




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