Un Amor De Chocolate

Eres Mío Anthony

ANTHONY

Una vez en mi habitación me quedé mirando el fuego arder de la chimenea, pensando en Gabriel y lo bien que la pasé a su lado el día de hoy.

No sé en qué momento me quedé dormido en el sillón. El frío me despertó junto al dolor de los músculos, era la medianoche. Me fuí a la cama anhelando no volver a tener una pesadilla.

Al día siguiente, Mefis abrió las cortinas de mi habitación despertandome con la luz del amanecer. Cuando sentí el roce de mi novio, una intensa repulsión se apoderó de mí.

Desperté al tiempo que sujetaba su muñeca derecha y lo apartaba de mí con violencia. Mi corazón latía como un tambor.

Mefis sonrió sombríamente al tiempo que se acostaba en la cama. Estaba desnudo para mayor repulsión mía.

Por más que intenté alejarlo de mi persona me fue imposible, Mefis me sujetó con fuerza. No quería hacerlo  con él, pero Mefis me obligó.

— Tengo libre un par de horas amor — me decía Mefis con crueldad — Así que pienso aprovechar el tiempo haciéndote el amor. Placer de los dioses.

—No...sueltame....por favor...no....no quiero...no....
— No me importa Anthony, te tendré a mi lado si o sí.
— No, no....por dios no....

Mefis me ató a la cama y luego me violó. Si, me violó sin piedad. Sus manoseos y duras embestidas me lastimaron tanto moral como físicamente. Por más que gritara sabía que nadie acudiría para ayudarme. Nadie.

Sus risas mosntruosas me repugnaban, en esos momentos lo odiaba por dios.  Cuando se cansó de violarme recién me desató. Reía como una maldita hiena, monstruoso. Así lo empezaba a ver y comenzaba a odiar que sea mi novio.

Cuando quiso tocarme lo alejé con violencia. Estaba más que furioso con él por no haberme respetado. El muy maldito me violó por dios.

— ¡Aléjate de mi maldito enfermo! — Dejé la cama para alejarme lo más posible de él.
— No estás entendiendolo ¿verdad Anthony?

— Quien no está entendiendo nada eres tú....maldito ¡Maldito! ¡Me violaste!
— No es cierto, solo hicimos el amor como la pareja que somos Anthony.

—¡Yo dije no! ¡Te dije que no! 
— No grites Anthony
— ¡Te dije que no!

Él me dió un fuerte golpe en el rostro, haciendome callar de la sorpresa. Mefis en verdad se veía amenazante, se me fue acercando con sombría expresión. Yo retrocedí mientras lloraba de la impotencia.

Ambos estabamos desnudos y eso me causaba repulsión. Sentí su violento agarre y me pegó contra su duro y ardiente miembro causandome asco y repulsión. Sentía su aliento rosar mi piel.

— Maldición Anthony, es tu culpa que haya reaccionado así ¿qué parte no entiendes? Eres mi pareja, mío propio. Mío y de nadie más.

Luego me besó con violencia mientras sentía cómo sus manos manoseaban mis nalgas. Pero pude alejarlo de mí mientras respiraba con intensa desesperación.

Pero Mefis me arrojó a uno de los sillones del lugar y velozmente se colocó encima mío. Sin previo aviso me penetró con dos de sus dedos. Me sentí morir, ahí estaba sometiendome otra vez.

— ¿Lo sientes Anthony? Disfruta, vamos maldito. Es lo que te gusta ¿cierto?
— No....ah....sueltame....me duele....

Intentaba sacarlo dentro de mí pero me resultaba imposible. Además me tenía sujeto con su otro brazo. En verdad era en extremo fuerte.

— Mío, exclusivamente mío Anthony. Eres mío. Métetelo en esa dura cabeza.
— No — sentía sus asquerosos dedos en mi interior — Sacamelos por dios — no podía soportarlo más — Esto es una violación, como lo de hace un momento.

— Eres muy chistoso mi amor. Somos pareja, en un futuro cercano seremos matrimonio. — La sola idea de tener que pasar el resto de mi vida junto a éste loco me desesperaba — Significa que nada de ésto es violación. Nada. Tú me perteneces por completo.

Sentí que introducía en mi interior un tercer dedo. Dios solo deseaba alejarlo de mi cuerpo y cubrirme. La furia junto a la desesperación invadían mi ser. Encima volvió a besarme salvajemente.

Así me tuvo durante unos momentos que para mí resultaron una eternidad.

Cuando se cansó de humillarme violándome, recién me sacó sus repugnantes dedos de mi interior.

Se alejó de mi cuerpo dejándome tan ultrajado que sentía vergüenzas de mí mismo. Me tengo que ir con mi padre por un día. Pero te advierto que el siguiente viaje que tengo que hacer con él, será de tres días y tú, Anthony, vendrás conmigo.

—¿Por qué?
— No soporto tenerte lejos de mi cuerpo amor. No permitiré que te alejes de mí y donde sea que me encuentre allí estarás tú.

— No....no....no quiero....yo....yo no quiero estar a tu lado....no...
— Eso no lo decides tú sino yo. Y mi decisión es que nos casemos no bien seas mayor de edad. 
—¿Qué? 
— Tienes 17 años mi amor.

Ví cómo se vestía mientras hablaba. Todo lo que me estaba diciendo carecía de sentido y de lógica para mí.

Absolutamente todo. Me solo podía llorar en el sillón mientras él planificaba mi vida sin importarle mis decisiones.

Cuando estuvo listo para irse quiso besarme pero desvié el rostro. Lo odiaba por lo que me había echo. Pero él sujetó con fuerzas mis rubios cabellos y echando mi cabeza hacia atrás, me obligó a besarlo.

Luego me soltó riendo como hiena salvaje y se fue prometiendome volver por mí para proseguir violándome.

—¡Te odio Mefis! — grité tras incorporarme sin poder evitarlo pero él sonrió burlistamente.

— Eso no cambia las cosas Anthony. Eres exclusivamente mío. Recuerda que volveré por más, muchisimo más. Después de todo soy tu dueño.

Tras decirme aquello salió de la habitación dejandome peor que un esclavo.

Corrí al baño,.abrí la ducha y me resfregué más que fuerte la piel para quitarme su repugnante aroma y roce ya que empezaba a enloquecerme del asco y la desesperación.

No podía dejar de llorar.


 




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