Un Amor De Chocolate

La Oscuridad De Gabriel

GABRIEL

Esperé que mi amado sol se durmiese. En verdad odiaba a Mefis por haberlo maltratado así. Anthony dormía tranquilamente entre mis brazos.

Su luz era tan intensa que no soportaba la sola idea de que alguien como Mefis intente destruirla. Nunca lo permitiría por dios. Nunca.

Cuando supe que Anthony estaba profundamente dormido me levanté. Me coloqué la bata de cama y fuí a la mensajería. Era pasada la medianoche.

Tal como lo supuse, estaba un sobre de mi padre dirigido a mi. Resoplé indignado. Maldita sea. No me permitía hacer nada por mí mismo. Él debía tomar todas las decisiones sobre mi persona.

Lo abrí y leí la nota. Me exigía que regrese a casa urgentemente. Según su parecer ya había pasado mucho tiempo fuera. De la impotencia arrugué la nota y junto al sobre los arrojé al fuego de la chimenea.

Miré a Anthony dormir, por supuesto que no lo dejaría solo allí con el peligro del loco de Mefis. Lo llevaré a casa conmigo. No tenía otra opción. Después de todo mi padre estará más que predispuesto a recibirlo.

Me acerqué y con suavidad lo fui despertando. Él me miró somñoliento. Dios que hermoso era. Le dije que debía volver a casa pero que él vendría conmigo.

Por supuesto que se asombró e incluso se molestó. Respiré apesadumbrado sintiéndome entre la espada y la pared.

No iba a dejarlo solo pero tampoco quería obligarlo. A su vez era conciente de que las órdenes de mi padre se obedecían si o si. Anthony ignoraba demasiadas cosas sobre mí y mi padre.

— Anda mi vida duchate que ya entro yo luego — dije — Tenemos que irnos. 
— No quiero — me dijo él tozudamente
— No voy a dejarte solo 
— Gabriel....mi amor....solo ignora a tu padre ¿qué tan difícil puede ser?

Lo miré asombrado, sin saber si reír o temblar de miedo. Él no lo conocía, por más que sepa la historia de nuestros padres, Anthony desconocía la bestia que dormía en el interior de Fausto Sensi.

— Tenemos que irnos así que apurate — dije ignorando lo último que dijo. Era conciente que él me miraba con reproche pero hizo lo que le pedí. Suspiré aliviado.

Minutos después ambos estabamos duchados y vestidos. Abracé a Anthony con fuerza. Necesiraba que me entienda por dios.

— Mi vida, no hago ésto por gusto. En verdad no tengo otra opción. Por favor creeme.

Él me beso con pasión demostrándome que si me entendía. Aquello me relajó más de lo que pude llegar a imaginar.  

Nos colocamos nuestros tapados y salimos del cuarto. Fuera el carruaje de mi familia nos aguardaba. La noche estaba helada y lluviosa.

Una vez dentro del carruaje, éste se puso en marcha. Anrhony se sentía incómodo, podía notarlo aunque nada diga.

Y era comprensible, después de todo estabamos dirigiéndonos a la mansión de aquel que torturó a su papá. Lo abracé intentando reconfortarlo.

Cuando llegamos a casa, entramos para ser recibidos por mi padre. Anthony y él se quedaron mirandose en silencio varios minutos. Pero lo rompí al hacer las debidas presentaciones.

— Anthony te presento a mi padre Fausto Sensi, padre él es Anthony Archer.
— Bienvenido a mi casa Anthony — dijo mi padre formalmente. 
— Si....claro.....gracias....

Anthony sujetó mi mano con intensa fuerza, respiraba entrecortado. Estaba muy nervioso. Mi padre sonrió misteriosamente. 
— Anthony Archer, eres idéntico a tu padre.

Yo fruncí el ceño mostrandole mi descontento ante semejante expresión cargada de doble semtido. Maldita sea ¿qué le pasaba a mi padre? Se supone que ya no era así.

— Padre estamos agotados, iremos a mi habitación — Sin esperar su respuesta sujeté a mi amado rubio para dirigirme a mi cuarto.

Pero mi padre nos detuvo solicitandome que, no bien acabe de instalar a mi invitado, vaya a su despacho ya que tenía asuntos que tratar conmigo. Suspiré apesadumbrado ya que imaginaba de qué iban esos asuntos. Pero accedí.

Nos dirigimos a mi habitación donde Anthony lanzó un profundo suspiro al  cerrar la puerta. Estaba pálido y muy nervioso. Lo abracé con ternura.

— Tengo miedo y rabia mi amor, tu padre es....es....
— Es alguien que dejó su pasado atrás. Y si llegase a insinuar hacerte algo, no tengas duda de que no se lo peemitiré. Me olvidaré que es mi padre — Anthony me miró asombrado — Tú eres muy importante para mí y piemso demostrarte mi amor con hechos no con palabras.

Antbony se arrojó a mis brazos llorando. Lo abracé con ternura, necesitaba ayudarlo a que vuelva a sonreír. No podía ser que llore todo el tiempo. Cuando nos separamos él mi miraba con esperanza y alivio.

— Gracias Gabriel, gracias mi amor. 
— Quedate aquí y no tengas miedo mi vida. Acuestate e intenta dormir. Debo ver a mi padre. Pero será rápido.
— Gabriel....yo....
— Tranquilo mi vida, aquí estás a salvo.

Ví que hacía grandes esfuerzos por serenarse, hasta lograrlo. Le indiqué dónde estaba el baño y el guardaropas. Luego lo dejé y salí de la habitación.

Cuando estuve fuera, lejos de la mirada y presencia de Anthony mi expresión se endureció. Como normalmente solía tenerla.

En menos de un minuto estuve frente de mi padre en la soledad de su despacho. Nos miramos con dureza unos instantes, en verdad estaba en extremo molesto con él por su reacción ante Anthony.

—¿Qué fue eso padre? — quise saber con dureza. Pero él sonrió burlistamente sabiendo cuanto me molestaba eso.

— ¿No se a qué te refieres? 
— No te hagas el tonto, sabes cuánto me molesta eso — dije furisoso pero él siguió riendose de mí.

Tuve que contenerme para nl saltarle encima. Cuando él acabó de burlarse así de mí, recién me tomó en seiro. Sacó dos copas de cristal y sirvió un poco de champan en cada una de ellas. Luego me entregó una diciendome:

— Brindemos hijo.
—¿A qué se debe dicho brindis padre? — pregunté sujetando una de las copas.

— A tu triunfo. Le arrebataste a Mefis su novio quien es nada menos que el hijo de mi gran amor imposible.




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