El palacio Wisdom, se encontraba en caos, el principe heredero habia desaparecido como de costumbre, solo basto burlar la seguridad y apagar las cámaras de vigilancia, la reina se encontraba desconcertada ante el comportamiento de su único hijo. La prensa no demoraría en enterarse y llenar la ciudad con miles de artículos en su contra.
El príncipe era todo un galán y varias jovencitas lo afirmaban. El día de hoy, el bar Satisfy sería su escenario; con una gorra negra, pantalón azul y camisa casual, se adentro al lugar.
El pelirrojo se acerco a la barra y bebió algunas copas de whisky, minutos después apenas recordaba su nombre. Su mirada se poso nuevamente en aquella muchachita que llamo su atención desde que llego; su forma de mover las caderas y ese vestido rojo lo hacian imaginar las más perversas fantasias con ella en su cama.
Poseerla y amarrarla.
Francisco, camino hasta la pista de baile y pegó su cuerpo al de la castaña. La joven no puso resistencia y continuo moviéndose sensualmente, al parecer se entendían muy bien.
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En la habitación número 4 del Hotel Fire, se encontraban dos jóvenes totalmente desconocidos, sin identidades era mejor. Sus cuerpos estaban conectados, la ropa había desaparecido y pequeños sonidos salían simultáneamente de sus bocas.
Los labios del hombre recorrían la delicada piel de la menor: sus pechos, su abdomen y sus piernas, hasta llegar a su sexo. La hizo explotar en menos de 10 segundos, la jovencita, habia experimentado su primer orgasmo.
Sus piernas abiertas ante un desconocido le daban un toque mágico a la noche. La luna era testigo de su primera vez y de lo maravillosa que habia sido.
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