Un amor de verano √

Capítulo 7 - YO TE...

 

YO TE...

 

De aquel día habían pasado ya varias semanas, llegando a mitad del mes de Julio. El calor llenaba cada estancia y el sol relucía en lo más alto del cielo. Era un día esplendido para ir a la playa, así que el grupo de amigos quedamos para ir todos juntos. Lo conformábamos Lucía, Laura, mi otra mejor amiga, Alex el novio de Lucía y… Blas, él también estaba en el grupo y por consiguiente, Ane.

Salgo de casa con el tiempo justo para llegar a la playa donde habíamos quedado. La tarde se presentaba muy interesante y, sobre todo, con unas perspectivas de pasarla llena de diversión. Aunque sé a ciencia cierta que esto no va a ser así. Interesante sí, divertida estoy segura de que no.

Sigo caminando mientras pienso en Blas como siempre. Las cosas entre nosotros dos no han vuelto a ser igual, sinceramente. No nos sentimos cómodos cuando estamos juntos y su novia, esa chica tan encantadora… La odio con todo mi ser, no nos deja ni un minuto en paz, no deja que estemos solos en ningún momento.

Descubrí como era Ane la siguiente vez que coincidimos, me mostró su verdadera cara. Y ahora que lo pienso no sé qué vio Blas en ella. De apariencia física puede tener un cuerpo de infarto y ser muy guapa pero… por dentro está muerta. No la soporto, en serio, es ese tipo de chica que no aguantaría nadie, que no soporta la idea de que su novio quede con sus amigos. Es manipuladora, obsesiva y controladora. Cree que Blas es de su propiedad, como si fuera un simple juguete que nadie más puede tener.

Pero bueno, Ane es un caso aparte. No se puede hacer nada. En cuanto a Blas, la verdad es que no lo sé, me mira de forma diferente y está muy distante conmigo. Esa sensación no me gusta nada, me duele mucho, pero yo le pedí que se olvidara de mí porque yo iba a hacer lo mismo. Olvidarme de aquello y seguir siendo su mejor amiga. Aunque no es fácil. No puedo olvidar lo que ha pasado, lo que hemos vivido y siendo sincera, creo que nunca voy a poder olvidarle.

Estaba tan sumida completamente en mis pensamientos que no me doy ni cuenta de que ya estoy en la playa. Miro a mi alrededor en busca de los chicos hasta que los encuentro. Todos se hallaban allí menos Blas y Ane.

—Hola chicos —saludo sonriendo— ¿Qué tal estáis? —pregunto comenzando a darle dos besos a Lucía.

—Muy bien María —me responde Alex sonriéndome.

Termino de saludar a los tres y nos ponemos a charlar de cualquier cosa mientras esperamos a que llegue la parejita feliz, que como siempre llegan tarde. Al cabo de un rato, los veo aparecer agarrados de la mano a lo lejos. En estos casos en que los veo así, me siento incomoda y solo puedo apartar la mirada de ellos para no sufrir más. Un par de minutos más tarde llegan hasta nosotros y nos sonríen para saludar.

Alex y Laura se acercan a ellos para saludarlos pero Lucía y yo entramos en la playa. Es ella quien últimamente evita que me sienta incómoda cuando están ellos presentes. Buscamos un buen sitio, amplio para poder entrar todos. Dejamos las toallas sobre la arena y se empiezan a quitar la ropa para quedarse con el bañador. Yo soy la última en desvestirme ya que me gusta dejar bien colocada la toalla antes y porque me distraigo mirando al resto. Ane como siempre se veía perfecta y Blas… bueno mejor no decir como estaba. Al final vuelvo en sí y me quito el pantalón y la camiseta.

De repente me doy cuenta de que alguien me está mirando fijamente así que me giro para saber quién es, encontrándome con la mirada de él. Blas me estaba mirando embobado, mirándome de arriba a abajo. Aparto la mirada extrañada y algo confundida. ¡Ni que estuviera tan buena o algo así!

Me tumbo en la toalla para tomar el sol pero hace demasiado calor, así que sin avisar me voy al agua sola, queriendo estar sola durante un rato, sentirme relajada y sin estrés.

Estaba tranquila flotando en el agua, sintiendo el agua en mi piel cuando alguien por detrás pasa su brazo por mi cintura, provocando que de un respingón por el susto. El brazo me obliga a girarme y quedar frente a esa persona. Allí estaba él. En mi fuero interior sabía que era él, en cuanto sentí su roce en mi cintura, lo sabía.

—Blas —digo sorprendida— ¿Qué estás…? —intento preguntarle pero me corta.

—Shhhh, calla —me dice poniendo un dedo en mis labios—. Quédate así un rato, por favor —me pide mientras afianza su agarre en mi cintura—. Echo de menos abrazarte —me dice escondiendo su cara en mi cuello.

Me quedo quieta, sin mover un musculo, dejando que Blas me abrace. Siento su respiración haciendo contacto en mi cuello, provocándome un cosquilleo allí pero a su vez la sensación es maravillosa.

—¿Sabes una cosa María? —me pregunta Blas alejando su cara de mi cuello para mirarme.

—No, ¿el qué? —pregunto intrigada sin entenderlo.

—No puedo aguantar más —me dice mirándome—. Tengo que decírtelo porque si no lo hago ahora, me voy a volver loco —me dice serio y hace que me preocupe.



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En el texto hay: verano, amor, auryn

Editado: 04.07.2020

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