Un amor de verano √

Capítulo 8 - LA VERDAD

 

LA VERDAD

 

Me quedo totalmente en shock, no podía creerme lo que acababa de suceder. ¿Quién es ella para amenazarme a mí? Esto no se puede quedar así, no puedo permitirla que me hable así y que trate de esa forma a Blas.

Intento apartar esas ideas de mi cabeza para poder relajarme y disfrutar del mar, así que me pongo a nadar para despejarme un poco. Sé que no puedo hacer nada al respecto, al menos no ahora pero encontraré el momento, lo haré y mostraré a todo el mundo la verdadera cara de Ane.

 

En ese mismo momento en la playa.

 

 

¡No puedo creerlo! Estaba a punto de decirle a María que la quería, que yo también estaba enamorada de ella, que siempre lo he estado y que no soy capaz de olvidarla. Ni a ella, ni a sus ojos, su sonrisa, su pelo… Y ese beso…Fue tan mágico…

Pero tuvo que aparecer Ane en ese momento para fastidiarlo todo. Aunque pensándolo fríamente, creo que fue lo mejor ya que estoy saliendo con Ane, soy su novio y sería muy rastrero por mi parte tener novia y estar a la vez con otra. No solo por Ane, sino también por María. Así que tengo que tomar una decisión. Tengo que escoger dejar a Ane y empezar mi historia con María o dejarlo todo como está.

Ane o María.

Intento quitar mis pensamientos de mi mente para disfrutar de la tarde cuando llego a las toallas. Voy hasta la mía y rebusco entre mis cosas hasta encontrar mi móvil. Lo desbloqueo para ver la llamada de mi madre pero allí no había ninguna llamada. Ane me había mentido.

Miro extrañado el móvil y siento que Ane se sienta en mi toalla. Me coge el mentón con su mano y se acerca a mis labios para besarme y después depositar besos por mi cuello. Intento centrarme en Ane, en lo que siento por ella pero mi mirada viaja al mar para ver cómo María sale del agua. No puedo apartar mi mirada de ella, es tan perfecta…

Tengo que tomar una decisión pronto o sino todo se va a complicar.

 

 

Salgo del agua y camino hasta las toallas mientras escurro el agua de mi pelo. Al llegar me encuentro con Ane dándole besos por el cuello a Blas que no la hace mucho caso, ya que no aparta la mirada de mí, haciéndome sentir algo incómoda por todo lo que está pasando entre nosotros.

Coloco mi toalla bien y me tumbo en ella para secarme al sol. Cirro los ojos e intento relajarme.

—Blas cariño —oigo que dice Ane—. Me voy a la cafetería con las chicas y con Alex —le dice mientras que yo sigo con los ojos cerrados— ¿Vienes? —le pregunta.

—No gracias —responde—. Prefiero quedarme aquí y secarme bien —le dice.

—Vale —responde.

Abro los ojos para ver un momento que no quería, Ane besando a Blas. Al apartarse ella me mira con cara de odio y después se aleja acompañada de Lucía, Laura y Alex. Quedándome a solas con Blas.

No quiero hablar con él así que para evitarlo me tumbo boca abajo y así no tener que verle. Pero el destino no quiere que esté tranquila ya que siento como alguien se tumba a mi lado, en mi toalla.

—¿Sabes? —me dice Blas—. Tienes toda la espalda roja —me sigue diciendo mientras me acaricia la espalda— ¿Quieres que te eche crema? —me pregunta.

—Como quieras —respondo sin interés—, no me importa quemarme —sigo hablando para intentar dejarle claro que no tenía porque hacerlo.

Entonces siento algo frío por mi espalda. Extiende la crema por mi espalda, haciéndome sentir bien, relajada y a gusto. Su respiración por mi hombro me provoca una corriente eléctrica que eriza mi piel.

—Estás preciosa —me susurra en el oído.

—¿Yo preciosa? —le digo irónicamente mientras me río.

—No, en serio —me dice convencido y rotundamente.

Blas me gira para que lo mire a los ojos, quedando él encima de mí, muy cerca el uno del otro, tanto es así, que en el instante en que hablemos nuestros labios se rozaran.

Me quedo observando sus ojos, era imposible no quitar la mirada de esos preciosos ojos, esos que me hipnotizan y en los que siempre me pierdo. Veo como Blas me mira fijamente, cómo si pudiera verme a través de mis ojos. Se acerca poco a poco hasta el punto en que la distancia no existe y termina por besarme. El beso es maravilloso, sentir sus labios cálidos junto a los míos, es una sensación que no se podía comparar con nada ni nadie. Es simplemente perfecto.



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En el texto hay: verano, amor, auryn

Editado: 04.07.2020

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