CONFUSO
Narra Adriana:
No entiendo lo que acaba de pasar. Dani me acaba de decir que me quiere. No puedo creer que esté pasando esto. ¿Él quererme a mí?
—¿Y? —me pregunta Dani algo impaciente—, te has quedado muda —dice algo nervioso rascándose la nuca.
—Yo… —intento decir pero no me salen las palabras—. Lo siento Dani —digo como puedo sin mirarle a los ojos.
La situación me supera y salgo corriendo de allí, no quería estar en ese bar ahora mismo. No puedo, no sé cómo actuar, cómo enfrentarme a él.
¿Cómo puede quererme? Seguro que es mentira, yo no soy nada, ni siquiera soy guapa. No tengo nada de especial o nada que destacar, soy demasiado normal.
Sigo corriendo en dirección a mi casa pero una mano me agarra del brazo y me detiene a la fuerza. El cuerpo de una persona se pone delante de mí para interponerse en mi camino. Miro hacia arriba y me encuentro con sus ojos preocupados. Suelto su agarre de un tirón e intento llegar a mi casa.
—¿A dónde vas Adriana? —me pregunta asustado agarrándome de la cintura.
—A casa —respondo intentando alejarme de él—, me voy a casa Dani —sigo diciendo pero no me suelta por más que lo intento.
—¿Por qué? —me pregunta sin entender nada— ¿He hecho algo malo? —me sigue preguntando triste.
—No has hecho nada malo —le digo para tranquilizarlo—. Al contrario, ha sido todo perfecto —digo la verdad porque me lo he pasado muy bien.
—Pues no te entiendo —me dice confuso— ¿Es por qué te he dicho que te quiero? —me pregunto y me quedo callada—. Es eso —afirma al entenderlo todo—. Tú no me correspondes ¿verdad? —me pregunta.
—Dani —intento hablar pero no sé cómo empezar.
—Lo sabia —dice echándose las manos a la cara—. Lo siento mucho —se disculpa.
Dani suelta su agarre de mi cintura y se marcha. Me quedo en el sitio confusa. ¿Y sí…? ¿Y si es verdad? ¿Y si me quiere de verdad? No puedo dejar que piense que yo no lo quiero, así que reacciono. Tarde pero lo hago. Voy tras él e intento pararle.
—Espera Dani —pido mientras agarro su brazo.
—No Adriana —se aleja de mí—. Está muy claro todo —miro a sus ojos, esos ojos apagados—. Yo no te gusto así que por favor déjalo estar por favor —me dice alejándose de mí.
—No Dani, espera, escúchame —suplico y vuelvo a coger su brazo para pararle.
Me pongo delante de él para que me mire. Observo sus ojos y veo en ellos que él me quiero y yo a él. ¿Por qué habré sido tan idiota y estúpida? Tenía que haber hecho algo y responderle con lo que siento.
—No Adriana —me dice serio y después se aleja de mí cuando veo como una lágrima recorre su mejilla.
Ahora tengo que hacer algo, no sé el qué exactamente pero tengo que decirle que también lo quiero.
Pasan unos minutos en los que sigo ahí de pie, sin inmutarme por lo que pasa a mí alrededor hasta que se me ocurre una idea. Pero primero necesito ayuda de David por lo que cojo el móvil y lo llamo.
—¿Sí? —dice su voz al otro lado de la línea cuando descuelga.
—Hola David —saludo algo nerviosa.
—Hola preciosa —me devuelve el saludo— ¿Qué tal? —me pregunta.
—Bueno, bien —intento sonar lo más segura porque aun tengo demasiado reciente todo lo que ha pasado con Dani— ¿Y tú? —pregunto para ser educada.
—Bien, muy bien —me respondo alegre— ¿Por qué me llamabas? —pregunta curioso.
—Necesito tu ayuda David —respondo siendo sincera—. Dani me ha dicho que me quiere y yo como una idiota no he sabido responderle y he salido corriendo —comienzo a contarle lo que ha pasado—. Me ha seguido y ha intentado averiguar qué me pasaba y ahora piensa que yo no lo quiero y eso no es verdad. No me ha dejado hablar —explico nerviosa.
—Sois tal para cual —me dice riéndose— ¿Qué necesitas? —pregunta interesado—. Aunque ya sabía yo que entre vosotros… —si pudiera verle seguramente alzaría las cejas en tono pícaro—. Por la forma en la que te mira siempre, ya sabía que Dani estaba colado por ti —dice riéndose.
—Anda cállate —le digo poniéndome roja por la vergüenza—. Necesito que lo lleves a un sitio sin que sepa que voy a ir yo —empiezo a explicarle la idea que he tenido.
Cuento todo el plan a David mientras voy a casa. Cuando llego está todo atado y entro en mi habitación para comenzar a arreglarme. También he involucrado a Álvaro y Carlos para que me ayuden con los preparativos. Sin ellos no podría hacerlo, solo espero que quede todo bien al final, necesito que sea perfecto.
Ya sé que estas cosas suele prepararlas el chico en vez de la chica pero… ¿Estamos en el siglo XXI no? ¡Qué más da quien haga la sorpresa! Solo necesito que me escuche y si consigo crear un ambiente adecuado puede que lo haga.
Termino de arreglarme, me miro en el espejo y veo que el vestido azul oscuro está bien colocado y no hay ninguna parte arrugada. El pelo me lo dejo suelto con algunas ondas. Creo que estoy perfecta para la ocasión y me siento guapa, segura de mí misma.