Capítulo 18 - TENGO QUE MARCHARME

TENGO QUE MARCHARME

Narra David:

Los chicos me acaban de mandar un mensaje urgente para que vaya a casa de las chicas. No tengo ni idea de qué es lo que está pasando ni el porqué de la urgencia. Solo espero que no sea nada grave aunque por el mensaje me parece que sí lo es.

Lo único bueno de esta reunión urgente es que voy a poder ver a Natalia y hablar con ella, decirla lo que siento y explicarla todo lo que ha sucedido. Yo quiero estar con ella y voy a hacer todo lo posible para que así sea, quiero que sea mi novia.

Llego a casa de las chicas y llamo a la puerta. Me abre Álvaro y al ver su cara triste me quedo totalmente confuso. Es como si intentara decirme algo pero no le salen las palabras.

Algo no iba bien por lo que dejo la chaqueta en la entrada y entro rápidamente a la casa, voy hasta el salón y veo que todas las chicas están llorando. Bueno a todas no, Natalia no está. ¿Qué ha pasado?

Laura se acerca lentamente hasta mí y me abraza.

—Lo siento tanto David —me dice llorando.

—¿Qué ha pasado? —pregunto preocupado y algo temeroso.

—Toma —me tiende un sobre rojo.

—¿Qué es esto? —vuelvo a preguntar extrañado al no entender nada.

—Tú ábrelo y lo sabrás —me dice alejándose de mí.

Me siento en un hueco del sofá y abro el sobre. Tiene un olor bastante característico. Huele a Natalia, ¿por qué huele a ella? Despliego la hoja con las manos temblándome y miro las letras que hay escritas. Al hacerlo sé perfectamente quién me ha escrito esta carta.

Esta forma de escribir es sin duda alguna de Natalia.

“Querido David:

Sé que cuando leas esta carta yo ya no estaré allí. Me he marchado, he vuelto a casa de mis padres. Sé que ahora mismo tienes muchas preguntas en tu cabeza pero la pregunta más importante seguro que es el porqué marcho ¿verdad?

Siento totalmente sincera yo ya no podía aguantar más estar allí. No podía con esta situación, me supera. No… No soporto la idea de que tú estés con Laura. Eres mi mejor amigo y Laura es mi amiga, os quiero a ambos y por esa misma razón me marcho. No quiero sufrir más y los dos os merecéis ser felices sin que yo me interponga.

Te conozco de sobra como para saber que ahora mismo no estás entendiendo nada de nada. El caso es que te quiero, desde el primer día que nos vimos en el bar. No puedo seguir viéndote con ella porque estoy perdida y locamente enamorada de ti.

Por ese motivo me marcho, no quiero sufrir más.

Sé que estoy siendo una cobarde por confesarte mis sentimientos por ti a través de una carta, en vez de habértelo dicho en persona, cara a cara. Pero no quería causaros ningún daño ni a ti ni a Laura. Así que lo siento.

Necesito irme. Espero que comprendas mi decisión y que algún día puedas perdonarme.

No sé si voy a volver algún día. Por ahora necesito despejarme e intentar olvidar todo lo que siento por ti.

No me busques por favor.

Te quiero.

Natalia”.

Mis lágrimas salen caprichosas de mis ojos. No puedo creérmelo. Me quiere… me quiero y se ha ido. Se ha ido por mi culpa. Esto no puede estar pasando.

—Laura —me acerco hasta ella— ¿Dónde vive Natalia? —pregunto bruscamente mientras la sujeto por los hombros.

—David suéltame —me dice intentando separarse de mí—, me haces daño —sigue diciendo.

Suelto a Laura porque creo que tiene razón y que la estoy haciendo daño. No se merece que nadie, ni siquiera yo la traten así.

—Por favor —suplico medio llorando— ¿Sabes dónde vive? —vuelto a insistir.

—En Cádiz —me responde.

Muy bien pues a Cádiz me voy. Cojo la chaqueta que había dejado al entrar y voy hasta la puerta para ir a buscar mi coche. Cuánto antes ponga rumbo, antes llegaré a ella.

—¿A dónde vas David? —me pregunta Carlos preocupado e interponiéndose en mi camino.

—A buscarla —digo tajantemente.

—Espera —habla ahora María acercándose a mí—. Tienes que aclararnos algunas cosas primero —me coge del brazo y me arrastra hasta el sofá— ¿Por qué se ha ido Natalia? —me pregunta seria.

—Se ha ido por mi culpa —respondo llevándome las manos a la cara desesperadamente.

—No David —me dice Laura posando su mano por mi hombro—, no te eches todas las culpas, también ha sido mi culpa —me dice.

—No entiendo nada —habla ahora Didi mirándonos confusos a Laura y a mí.

—No soportaba la idea de vernos juntos —responde Laura por mí.

—Ahora lo entiendo todo —dice María—. Ella está enamorada de ti —afirma— ¿Tengo razón o no? —me pregunta directamente.