Un amor de verano √

Capítulo 21 - TE RECUPERARÉ

 

TE RECUPERARÉ

 

Narra Lucía:

 

He quedado en la plaza Mayor con un chico, un chico con el que llevo hablando mucho tiempo por chat. Me he vestido como habíamos acordado, con un vestido amarillo. Ojalá que venga, es la primera vez que lo voy a ver en persona. Espero en medio de la plaza esperando a que aparezca nerviosa, como no venga me voy a morir de vergüenza. No sabría cómo volver a hablar con él.

Busco entre la gente hasta que al final lo veo. No puede ser él, no es posible. ¿Qué probabilidades había? Me acerco lentamente hasta él ya que se encuentra de espaldas.

—¿Carlos? —lo llamo al llegar hasta él.

Se gira y me mira sorprendido. Es él, lo es, lleva el sombrero amarillo que habíamos acordado.

—¿Lucía? —me dice sorprendido.

—Sí —respondo riéndome.

—¿Entonces eres tú? ¿La Lucía con la que llevo hablando tanto tiempo? —me pregunta asimilando lo que está pasando.

—Creo que sí —sonrío al responderle—. Yo llevo el vestido y tú el sombrero —explico.

Carlos se queda callado y me mira fijamente a los ojos. Creo que no le ha gustado que sea yo la chica con la que ha hablado todos estos días.

—¿No soy como te esperabas? —pregunto asustada intentando que no me tiemble la voz.

—No, no es eso —me dice acariciando mi mejilla—. Eres todo lo que siempre me había imaginado pero no esperaba que fueses tú –coloca un mechón de mi pelo tras su oreja y baja la mano.

—Tú tampoco estabas en mi mente, es decir, que fueras tú —sonrío.

Carlos se acerca más a mí y me agarra de la cintura para pegarme a él. Lo miro y suspiro, llevo enamorada de este chico al que nunca he conocido desde la primera vez que hablamos. Me acaricia de nuevo la mejilla poniéndome cada vez más nerviosa. Mis piernas están como gelatinas y de no ser por él que me está agarrando, ahora mismo estaría en el suelo.

—Desde que hablé contigo la primera vez que querido hacer algo —me susurra cerca de mi cara.

—¿El qué? —pregunto susurrando nerviosa.

—Esto —se acerca más hasta mí juntando nuestras frentes.

Nuestros labios están a punto de tocarse, quiero que lo haga, quiero que me bese.

—¿Carlos? —pregunta alguien detrás de mí.

Nos separamos bruscamente asustados por la interrupción. ¿Por qué? Justo en el mejor momento van y nos interrumpen. Yo quería que me besara.

—¿Carla? —pregunta Carlos sorprendido cuando ve a la chica.

¿Quién es esta chica? ¿De qué conoce a Carlos? Por la manera en la que ella lo mira sé que algo ha pasado, que han tenido algo entre los dos. Solo con verla creo que me va a causar problemas.

—¿No te acuerdas de mí? —pregunta ella coquetamente mirando a Carlos con una sonrisa.

—Claro que me acuerdo —responde Carlos serio—. Lo que no entiendo es qué haces aquí —se coloca junto a mí casi rozando nuestros brazos.

—Veo que no te alegras de verme —sonríe—, con lo bien que nos lo pasábamos los dos juntos —alza las cejas en tono pícaro.

—Eso es el pasado —sigue respondiendo—. Ahora todo es distinto —su tono de voz cambia y ahora creo que está furioso.

Carla se acerca a Carlos, mucho, demasiado para mi gusto.

—Anda Carlos —le da un toque en el hombro de manera juguetona—, reconoce que te gustaría volver al pasado a cómo estábamos antes —le dice ahora susurrando.

—Carla no… —intenta responderle.

Ella acorta la distancia y calla sus palabras con un beso apasionado.

Me quedo estática sin entender nada de lo que está pasando. Ella lo estaba besando y él no hacía nada por separarse. Es como si yo no estuviera aquí a su lado o como si antes no hubiéramos estado a punto de besarnos. Mi corazón empieza a romperse en mil pedazos, sintiéndome utilizada.

—Esto yo… —intento decir algo coherente pero las palabras no me salen.

Solo quería que dejaran de besarse y también irme de aquí. Ambos se separan tras oír mis palabras y Carlos me mira horrorizado ya que ve como comienzo a llorar.

—Lucía yo… —intenta decir Carlos con la mirada arrepentida mientras intenta acercarse a mí.

—No Carlos —digo cortándolo en un tono serio alejándome de él—. No quiero saber nada más de ti —intento sonar fuerte.

—Puedo explicarlo —me mira de manera suplicante.

—Déjala Carlos —se mete Carla en medio de nuestra conversación—. Ella no es nadie, es alguien insignificante —dice de forma arrogante.

—¿Perdona? —digo abriendo los ojos. ¿Acaso me está insultando?

—Perdonada —responde sonriendo—. Pero has oído bien —sigue diciendo—. Eres una chica insignificante comparada conmigo. Tú eres fea por lo que él jamás se fijaría en ti. ¡Das pena niñita! —me dice en tono engreído.



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En el texto hay: verano, amor, auryn

Editado: 04.07.2020

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