11-Dolor y fruto de su amor

Estela Trinidad

Este día ha sido como una fantasía, de todo los escenarios que pensé tener al volver a verlo jamás imagine uno en el cual él nunca me había olvidado e incluso creo aquel sueño de adolescente ingenua que yo tenía en el cual mi mayor deseo era ser feliz con él y un montón de Liamcitos o Estelitas corriendo por el lugar haciéndonos inmensamente dichosos y felices.

Jean siempre me dijo que a lo mejor el sí me amaba y había una explicación, para su desaparición en el momento que yo más lo necesitaba, pero el miedo se apoderó de mí, pues me fui con su hija en mi vientre y le prive de sus primeros años sin remordimiento alguno y ahora que lo escucho hablar de su anhelo por tener hijos y que quizás nunca logre ese deseo me dejo totalmente destruida.

¿Cómo le digo que tiene una hija idéntica a él y que ya es casi una mujer y él se perdió totalmente su niñez y el inicio de su adolescencia?

¿Como enfrentarlo si me duele verlo tan destruido? Como confesarle ese secreto si sé que él me odiara en cuanto se entere.

Llegamos a la casa que Jean mando a construir sin dudas es muy grande para mi gusto además tiene todo lo que se pidió por lo que veo solo le faltan las decoraciones, pues hasta los muebles ya están el sótano, está increíble tiene espejos por todo lados un gran equipo de música, un sofá, una computadora un estante, un escritorio y sillas, sin lugar a dudas Lianny amara este espacio y no sé cómo haré para sacarla de aquí para que coma estudie o siquiera se bañe.

Vamos de vuelta arriba cuando Liam vuelve hablar pero caminando delante de mí con mucho profesionalismo.

— Espero te guste tratamos de implantar sus ideas —contó de forma seria, pero muy serena.

— Si está como la pedimos muchas gracias —agradecí algo nerviosa aun recordando los besos que compartimos.

—Mamá esto es hermoso — dice mi hija dejándome en shock, mi hija y Liam se quedan viendo fijamente y sé que ella dirá la verdad quisiera poder detenerla, pero nada sale de mis labios y mis pies están pegados al suelo.

Liam la recorre con la mirada y sé que no hay mucho que hacer son dos gotas de agua mi amiga mira de uno al otro, muy sorprendida, pues son idénticos.

—Hola, debes ser Liam soy Lianny tu hija, por favor no te enojes con mamá ella ha pasado por mucho —dice mi maravilloso ángel, Liam aún no dice nada parece que ni respira.

—Liam ¿estás bien? —cuestiono ante su silencio él está pálido como el papel y eso me preocupa mucho temo que le dé un infarto y se nos muera aquí mismo.

— Oye amigo yo sé que esta noticia es difícil, pero si te mueres no podrás disfrutar de lo que la vida te ha devuelto — le dijo mi amiga haciendo que él al fin reaccione.

— Yo ... Yo ... — no completa la frase cuando pasa su mano por su rostro frustrado.

— Liam perdóname yo... lo siento — Expuse él levantaba las manos moviéndose en el lugar.

— Mierda Estela sabes lo que he sufrido por no poder tener un hijo sin saber que tengo una que la educo otro hombre y todo por tu cobardía sabes lo que te busque y tu padre me alejo, luego me dijeron que te habías casado y luego mi jefe te ve feliz con una niña y un esposo sabes lo que me dolió saber que tú avanzaste mientras yo me hundía en la depresión, pero que vas a saber tú yo me case por presión y le deje claro a mi esposa que jamás la amaría, pues mi corazón estaba ocupado por un ser lleno de bondad y buenos sentimientos, pero ese mismo ser que amo me quito la oportunidad de disfrutar de mi mayor Ilusión y anhelo — escupió lleno de ira y dolor.

—No le hables así a mi amiga el pasado pido no existe el hubiera sino el ahora y hay está tu hija para disfrutarla —le reclamo la rubia con enojo.

— Si lo sé y eso me hace feliz, pero ¿quién me devuelve lo que otro hombre disfrutó sus primeros pasos, sus primeras palabras, sus enfermedades, alegrías o logros eso quien me lo regresa? — pregunto ahora soltando algunas lágrimas.

— Liam yo... — fui interrumpida por su mano en alto

— Yo debo irme, tengo que tranquilizarme y pensar, por favor déjale tus datos a mi secretaria quiero conocer a mi hija de la manera correcta —dijo tratando de controlar sus emociones, miro a nuestra hija regalándole una pequeña sonrisa y salió por la puerta sin mirar atrás, sentí dos pares de brazos rodearme y me desplome en el suelo a llorar, ¿qué haré ahora? Debo de buscar la manera de hablar con él de manera civilizada y lleguemos a un acuerdo ya llego la hora de enfrentar mi amor del pasado.

Narrador omnisciente

Mientras las tres féminas se abrazan consolando a la mayor Liam llega a su casa frustrado, confundido y a la vez contento tenía una hija una hermosa chica igual a él eso se podía catalogar como un hermoso milagro, a pesar de estar confundido no se dejaría llevar de la ira estaba molesto porque Estela no se dignó a avisarle antes de que era padre, pero habían pasado muchos años sufriendo el uno por el otro y debía ser sincero si él hubiera tenido una mini copia de su amor del pasado recordándole cada día ese secreto que tan celosamente guardaba ya estuviera totalmente loco.

— Tengo una hija y lleva mi nombre — murmuro a la nada estaba tan feliz, al fin podría ser completamente feliz, y haría lo que estuviera en su alcance para volver a enamorar a su gran amor y al fin vivir ese sentimiento que por muchos años se había reprimido.

— La amo, las amo a ambas — reiteró sonriendo, tomo su móvil era momento de arreglar las cosas, nada ni nadie le volvería a arrancar de sus brazos lo que por ley era suyo.

Estela llegó al apartamento y fue a la cama después de tomar una ducha rápida, no tenía apetito y ahora pensaba en lo rico e importante que era Liam y a pesar de ella ser abogada estaba clara que si él reclamaba su puesto como padre engañado él podría incluso alejarla de su hija, cosa que no sabe si podria soportar.

— No él siempre fue bueno no creo que cambiara su personalidad solo por dolor — se decía o al menos eso era lo que ella quería creer.