"La amenaza en la sombra"
Emma:
El día había comenzado lleno de energía. Después de despedir a Zack y Daniel, me dirigí a la oficina por primera vez como vicepresidenta. Era un paso importante, no solo en mi carrera, sino también para demostrarme a mí misma que, a pesar de mi juventud, podía manejar la responsabilidad de ser madre, esposa y líder empresarial.
Llegué a las instalaciones de Luxury Affair temprano. El edificio, imponente en medio de Los Cabos, me recordaba el largo camino que habíamos recorrido para llegar aquí. Mientras caminaba por los pasillos, los empleados me saludaban respetuosamente, pero podía sentir sus miradas curiosas. Sabían que había mucho en juego, y con la amenaza de una empresa rival intentando sabotearnos, todos estábamos en alerta.
Subí al último piso, donde estaba mi nueva oficina. Abrí la puerta y me encontré con una sala moderna y elegante, decorada con detalles que reflejaban el lujo de la marca que representábamos. Al fondo, la gran ventana panorámica ofrecía una vista espectacular de la ciudad. Me senté en el escritorio, sintiendo por primera vez el peso real de mi nuevo puesto.
—Buenos días, señora vicepresidenta —dijo María, mi asistente, al entrar con un montón de documentos—. Aquí está el informe sobre la empresa rival. Han estado moviéndose rápido y hay rumores de que intentarán lanzarse con una línea de productos similar a la nuestra.
—Gracias, María. ¿Sabemos quién está detrás de esto? —pregunté, mientras hojeaba los papeles.
—Todavía no hemos conseguido identificar al líder, pero parece que están reclutando a algunos de nuestros ex empleados. No sabemos si hay alguien dentro de la empresa colaborando con ellos, pero estamos investigando.
Suspiré profundamente. La competencia siempre había sido parte del juego, pero esto se sentía personal. Tenía que estar preparada para lo peor.
—Mantén a todo el equipo en alerta. Y María... revisa los contratos de nuestros empleados. Quiero asegurarme de que nadie más se nos vaya —dije, tratando de mantener la calma.
Mientras ella asentía y salía de la oficina, mi teléfono sonó. Era Zack.
—¿Cómo va todo por ahí? —preguntó, con ese tono de voz que siempre me tranquilizaba.
—Más o menos lo que esperaba —respondí, sin querer preocuparlo demasiado—. Tenemos una competencia agresiva, pero estoy en ello.
—Sabía que podrías manejarlo. Solo quería recordarte que estamos juntos en esto. ¿Estás bien?
—Estoy bien, Zack. Pero… no puedo dejar de pensar en lo que va a pasar cuando mi madre salga. Todo está sucediendo tan rápido.
Zack guardó silencio un momento antes de responder.
—Lo resolveremos, Emma. No importa lo que pase, siempre encontraremos la manera de enfrentarlo.
Sonreí, agradecida de tenerlo a mi lado. A veces olvidaba cuánto dependía de su apoyo, de su capacidad para hacerme sentir que todo iba a estar bien.
—Gracias, amor. Hablamos más tarde.
Colgué y me dispuse a revisar los documentos cuando María volvió a entrar, esta vez con un rostro mucho más serio.
—Emma, hay algo que creo que deberías ver. Me acaban de mandar un correo anónimo… con información sobre tu madre.
El corazón me dio un vuelco.
—¿Mi madre? ¿Qué dice?
María me entregó la tablet. Leí el mensaje con atención:
"Tu madre no solo está saliendo de la cárcel, sino que parece estar en contacto con la empresa rival. Ten cuidado en quién confías."
Las palabras parecían golpearme como un mazo. Mi madre… ¿aliada con nuestros competidores? No podía ser posible, aunque tampoco podía descartarlo. No después de lo que había hecho en el pasado.
—¿Sabemos quién envió esto? —pregunté, tratando de mantener la compostura.
—No, fue completamente anónimo. Pero si lo que dice es cierto… podría ser un gran problema para nosotros.
El pánico comenzó a instalarse en mi mente. Sabía que mi madre saldría de la cárcel pronto, pero la posibilidad de que estuviera involucrada en algo tan oscuro me aterraba. No podía permitir que destruyera lo que Zack y yo habíamos construido, ni que afectara a mis hijos.
—Necesito saber más —dije con firmeza—. Quiero que averigües todo lo posible sobre esa empresa rival. Si mi madre está involucrada, quiero pruebas.
María asintió y salió de la oficina rápidamente. Me quedé sola, mirando el correo una y otra vez. Esto iba más allá de una simple competencia empresarial. Era personal.
Cayó la tarde, y después de un largo día en la oficina, regresé a casa. Zack me esperaba con una copa de vino en la mano y una sonrisa que, aunque me reconfortaba, no lograba hacer desaparecer el nudo en mi estómago.
—¿Qué tal el día? —preguntó, acercándose para darme un beso en la frente.
—Complicado —le dije, dejándome caer en el sofá—. Zack, recibí un correo hoy… sobre mi madre. Alguien me advirtió que podría estar trabajando con la empresa rival.
Zack me miró, sorprendido.
—¿Qué? ¿Estás segura?
—No lo sé. Todavía no tengo pruebas, pero… no puedo ignorarlo. Esto podría destruir todo por lo que hemos trabajado.
Zack se sentó a mi lado, tomando mi mano con fuerza.
—No vamos a dejar que eso suceda. Vamos a luchar, Emma, como siempre lo hemos hecho.
Sus palabras me devolvieron un poco de la confianza que había perdido durante el día. Estaba asustada, pero no estaba sola. Tenía a Zack, a mis hijos, y a personas como Daniel que siempre estarían ahí para protegernos.
—Lo sé —respondí, recostándome en su hombro—. Pero algo me dice que lo peor aún está por venir.