"Sombras del pasado"
Zack:
Los días en los que todo parece ir demasiado rápido siempre me han puesto alerta. Desde que recibimos ese correo sobre la madre de Emma, no puedo dejar de pensar en cómo proteger a nuestra familia y a la empresa. No podía ignorar la posibilidad de que el pasado volviera para causarnos problemas.
Era temprano, el sol apenas comenzaba a iluminar el cielo cuando me desperté. Miré a Emma, que aún dormía tranquila, y me quedé ahí, observándola por un momento. Ella siempre ha sido mi fortaleza, pero sabía que esta situación la estaba desgastando. Me levanté con cuidado, tratando de no despertarla, y bajé para revisar algunos correos de la oficina.
Encendí mi laptop y, para mi sorpresa, había un nuevo mensaje en mi bandeja de entrada. El asunto del correo era: "Una oferta que no podrás rechazar". Lo abrí con recelo.
"Sabemos quién eres, y también sabemos lo que quieres proteger. Si estás dispuesto a negociar, podemos llegar a un acuerdo. Pero ten en cuenta que no siempre serás capaz de mantener a todos a salvo. Nos encontraremos pronto."
Mi corazón comenzó a latir con fuerza. ¿Quiénes eran estas personas? ¿Era solo una estrategia de la competencia o algo más siniestro? No podía permitir que esto afectara a Emma, no después de todo lo que ya había pasado.
Rápidamente borré el correo, no quería que ella lo viera y se preocupara más de lo necesario. Pero sabía que esto no podía quedar así. Decidí que debía investigar por mi cuenta antes de alarmarla. Sabía a quién acudir: Daniel.
Minutos después, Daniel llegó a la casa. Nos sentamos en el jardín, lejos de la casa, para evitar que Emma nos escuchara.
—Daniel, recibí un correo esta mañana… —le expliqué la situación, mostrándole la pantalla de mi teléfono.
Daniel frunció el ceño mientras leía.
—Esto es serio, Zack. No es solo un asunto de negocios, están amenazando a tu familia.
—Lo sé. Y no pienso dejar que les hagan daño. Necesito que uses tus contactos para averiguar quién está detrás de esto.
—Por supuesto. Voy a hacer algunas llamadas, pero también creo que deberías hablar con Emma. No podemos dejarla en la oscuridad por mucho más tiempo.
Asentí, aunque sabía que sería difícil. No quería que se sintiera más presionada de lo que ya estaba.
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Más tarde, en la oficina, el ambiente se sentía tenso. María, la asistente de Emma, había reunido informes sobre la empresa rival. Aparentemente, estaban avanzando rápido en el mercado, ofreciendo productos similares a los nuestros, pero a precios más bajos. Había algo turbio detrás de todo esto, y no podía sacarme de la cabeza la idea de que la madre de Emma estuviera involucrada.
Decidí reunirme con Emma antes de la junta que teníamos programada. Toqué suavemente la puerta de su oficina y entré. Estaba sentada, revisando documentos, con una expresión concentrada pero cansada.
—Zack, ¿todo bien? —preguntó al verme.
—Tenemos que hablar. —Me senté frente a ella, sabiendo que lo que iba a decir no sería fácil.
Emma dejó los papeles a un lado y me miró, claramente preocupada.
—¿Qué pasa?
—Recibí un correo esta mañana… una amenaza. Alguien está jugando con nosotros, y creo que están más cerca de lo que pensábamos.
Le conté sobre el mensaje y mi conversación con Daniel. Emma escuchó en silencio, sus ojos oscuros reflejaban la mezcla de miedo y determinación que siempre había admirado en ella.
—Zack, esto ya no es solo un problema de la empresa. Si realmente mi madre está involucrada con ellos, entonces todo lo que intentamos proteger está en peligro.
—Lo sé. Y por eso no vamos a enfrentarlo solos. Daniel ya está investigando, pero necesito que confíes en mí. No voy a dejar que te hagan daño, ni a ti ni a los niños.
Emma asintió, aunque sus ojos mostraban la preocupación que sentía.
—Lo que más me duele es que mi madre pueda estar detrás de esto. ¿Por qué querría destruir todo lo que hemos logrado?
Tomé su mano y la apreté suavemente.
—Quizá sea más complicado de lo que parece. Tal vez ni siquiera es ella directamente, pero tenemos que estar preparados para cualquier cosa.
En ese momento, María entró sin tocar, con el rostro pálido y una carpeta en la mano.
—Emma, Zack, lo siento, pero esto es urgente. —Nos mostró la carpeta con el logo de la empresa rival—. Recibimos esta información hace unos minutos. Al parecer, han estado registrando nuevos productos bajo nombres muy similares a los nuestros. Si no actuamos rápido, podríamos perder una parte importante del mercado.
Emma tomó la carpeta y la revisó con rapidez. Su expresión cambió de preocupación a ira.
—Esto no puede estar pasando. —Me miró, decidida—. No vamos a dejarlos salirse con la suya.
—¿Qué propones? —pregunté, sabiendo que ya tenía un plan en mente.
—Vamos a adelantarnos a ellos. Quiero lanzar nuestra nueva línea antes de lo previsto. Sabemos que tienen empleados que trabajaban para nosotros, pero nosotros tenemos algo que ellos no: nuestra experiencia y nuestro equipo. Si logramos que el lanzamiento sea un éxito, no tendrán oportunidad de competir.
Asentí, sabiendo que, aunque arriesgado, era un buen plan.
—Cuenta conmigo. Vamos a hacerlo.
Emma se levantó, con esa chispa en sus ojos que siempre me daba seguridad. Sabía que era fuerte, y que juntos, podríamos salir adelante, aunque las sombras del pasado intentaran alcanzarnos.
Pero mientras nos preparábamos para enfrentar a nuestros competidores, no podía sacudirme la sensación de que alguien más estaba moviendo los hilos. Y si mi intuición era correcta, lo peor aún estaba por llegar.