CAPÍTULO 8

"La Huida"
Emma:

Salimos del lugar apartado a toda prisa, Alex me llevó a través de calles estrechas y oscuras, intentando perder a cualquier posible perseguidor.
—¿A dónde vamos? —pregunté, intentando mantener el ritmo.
—A un lugar seguro —respondió Alex—. Donde Thompson no pueda encontrarnos.
Llegamos a un edificio antiguo y abandonado, Alex me llevó al interior y cerró la puerta detrás de nosotros.
—Estamos a salvo aquí —dijo—. Por ahora.
Me sentí aliviada, pero también asustada.
—¿Qué vamos a hacer ahora? —pregunté.
Alex se sentó en una silla rota.
—Tenemos que reunir pruebas —dijo—. Pruebas que demuestren la conexión entre Thompson y tu madre.
Me sentí decidida.
—Vamos a hacerlo —dije—. Vamos a detener a Thompson y a mi madre.
De repente, escuchamos un ruido en la puerta.
—¿Qué fue eso? —pregunté, asustada.
Alex se levantó.
—No lo sé —dijo—. Pero tenemos que irnos.
Salimos por una ventana lateral, encontrándonos en una calle oscura y desierta.
—¿Dónde vamos ahora? —pregunté.
Alex me miró.
—A ver a alguien que puede ayudarnos —dijo—. Alguien que conoce los secretos de Thompson.
Me sentí intrigada.
—¿Quién es? —pregunté.
Alex sonrió.
—Alguien que te sorprenderá —dijo.
Capítulo 9: El Aliado Inesperado
Alex me llevó a un edificio de oficinas en el centro de la ciudad. Subimos en el ascensor hasta el piso más alto y llegamos a una oficina elegante.
—¿Dónde estamos? —pregunté.
—En la oficina de Daniel —dijo Alex.
Me sentí sorprendida.
—¿Daniel? ¿Mi amigo Daniel?
Alex asintió.
—El mismo.
Daniel salió de su despacho, sonriendo.
—Emma, me alegra verte —dijo.
Me sentí aliviada.
—Daniel, ¿qué pasa? —pregunté.
Daniel se sentó detrás de su escritorio.
—Alex me ha contado todo —dijo—. Estoy dispuesto a ayudar.
Me sentí agradecida.
—Gracias, Daniel —dije.
Daniel se inclinó hacia adelante.
—Tenemos que reunir pruebas —dijo—. Pruebas que demuestren la conexión entre Thompson y tu madre.
Alex asintió.
—Estoy de acuerdo —dijo.
Daniel abrió un cajón y sacó un archivo.
—He investigado un poco —dijo—. Y encontré algo interesante.
Me sentí intrigada.
—¿Qué es? —pregunté.
Daniel sonrió.
—Un documento que prueba que tu madre está trabajando con Thompson —dijo.
Me sentí enfadada.
—Eso es traición —dije.
Daniel asintió.
—Sí, lo es —dijo—. Pero tenemos que tener cuidado.
Alex se levantó.
—Vamos a detener a Thompson y a tu madre —dijo.
Me sentí decidida.
—Estas seguro de que lo lograremos?—Pregunte.
—Lo averiguaremos.—Dijo Alex.