Un Amor En Familia

CAPÍTULO 9

"La traición"

Emma:

Con el documento en mano, sentí que teníamos la prueba que necesitábamos para detener a Thompson y a mi madre. Pero también sabía que no sería fácil.
—Tenemos que tener cuidado —dije—. Thompson no se rendirá sin luchar.
Daniel asintió.
—Tienes razón —dijo—. Pero tenemos que hacerlo.
Alex se levantó.
—Vamos a hacer un plan —dijo—. Un plan para detener a Thompson y a tu madre.
Nos sentamos alrededor de la mesa, discutiendo y planeando nuestra estrategia. Sabíamos que sería peligroso, pero estábamos decididos a hacer justicia.
De repente, sonó el teléfono de Daniel.
—Lo siento —dijo—. Tengo que responder.
Daniel respondió el teléfono y escuchó durante unos segundos.
—¿Qué pasa? —pregunté.
Daniel se puso pálido.
—Es Zack —dijo—. Ha descubierto algo.
Me sentí intrigada.
—¿Qué es? —pregunté.
Daniel se levantó.
—Zack ha encontrado una grabación —dijo—. Una grabación que prueba que tu madre está trabajando con Thompson.
Me sentí enfadada.
—Eso es la prueba que necesitamos —dije.
Alex asintió.
—Vamos a detener a Thompson y a tu madre —dijo.
Pero justo cuando estábamos a punto de salir, escuchamos un ruido en la puerta.
—¿Quién es? —pregunté.
Daniel se acercó a la puerta y miró por la mirilla.
—Es tu madre —dijo.
Me sentí sorprendida.
—¿Qué está haciendo aquí? —pregunté.
Daniel se volvió hacia mí.
—No lo sé —dijo—. Pero tenemos que tener cuidado.
Mi madre entró en la habitación, con una expresión de determinación en su rostro.
—Emma, sabía que estarías aquí —dijo—. Sabía que estarías investigando.
Me sentí enfadada.
—¿Qué estás haciendo, madre? —pregunté—. ¿Por qué estás trabajando con Thompson?
Mi madre se sentó en una silla.
—Estoy haciendo lo que tengo que hacer —dijo—. Estoy protegiendo nuestra familia.
Me sentí incrédula.
—¿Protegiendo nuestra familia? —repetí—. ¿Cómo puede ser proteger a nuestra familia trabajar con un hombre como Thompson?
Mi madre se levantó.
—No entiendes, Emma —dijo—. No entiendes lo que está en juego.
Daniel se acercó.
—Sí, entiendo —dijo—. Entiendo que estás trabajando con un hombre que está dispuesto a hacer cualquier cosa para obtener lo que quiere.
Mi madre se volvió hacia Daniel.
—Cállate —dijo—. No sabes nada.
Alex se levantó.
—Sí, sabemos —dijo—. Sabemos que estás trabajando con Thompson y que estás traicionando a tu propia familia.
Mi madre se puso pálida.
—No —dijo—. No es así.
Me sentí decidida.
—Madre, tienes que decirme la verdad —dije—. ¿Qué estás haciendo con Thompson?
Mi madre se derrumbó.
—Lo siento, Emma —dijo—. Lo siento mucho.
De repente, escuchamos un ruido en la puerta.
—¿Quién es? —pregunté.
Daniel se acercó a la puerta y miró por la mirilla.
—Es Thompson —dijo—. Ha venido por nosotros.




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