Capítulo II
Veo que está sentado en su pupitre anotando unas cosas en su cuaderno llegué un poco tarde hoy pero el profesor ya tenía medio pizarrón lleno de ejercicios que quería que resolviéramos para hoy, era la clase de Física mientras me siento noto que el chico me ve de reojo con sus grandes ojos verdosos pero no de una manera buena precisamente y empiezo a sentir un poco de tensión que no sé si serán ideas mías. En lo único que pienso todo el día es en salir de clases y llevar mi tabla y al fin poder usarla extrañaba tanto sentir la emoción que se recorre al practicar con ella. Al salir al receso me encuentro con Emy y vamos a la cafetería del Instituto, no es muy grande, pero es muy bonito y está bien distribuido, tiene una baranda que separa la fila para comprar y las mesas para sentarse a comer su piso es de una cerámica color naranja claro y los colores de las paredes tienen blanco y morado. -Tengo que cuidar a mis hermanos porque mi mamá va a salir a visitar a una amiga, no creo que pueda acompañarte hoy al Parque de Cristal.
– ¿Ósea que tendré que ir yo sola? -Emy pone una mueca y mira al suelo
–Mira solo será por hoy igual no te pasará nada ¿sí? Además si quieres no vemos más tarde cuando mi mamá regrese, hay un lugar que quiero mostrarte
-¿Qué lugar?
–Es un sitio donde me la paso la mayoría del tiempo ya sea leyendo o haciendo cualquier cosa, y mejor no te doy detalles para que lo veas por ti misma y no descuides tu teléfono, te estaré llamando
-¿Cuántos hermanos tienes?
–Tengo dos y son un completo desastre si los dejas solos mi mamá he intentado contratar varias niñeras pero siempre terminan por renunciar y no tengo idea de que les hacen –Seguro algo muy malo para que renuncien
–Un día llegue a la casa temprano y vi que una de las niñeras tenía todo el cabello y la cara llena de harina de trigo parecía un fantasma
-¿Y qué hiciste?
–Me reí, y luego regañé a mis hermanos– Nos reímos
Al llegar a la casa noto también que tengo mucha tarea pero mi prioridad en este momento es mi tabla prácticamente me atraganto toda la comida para salir lo más rápido de la casa, tomo el primer bus que encuentro y me encamino hacia Parque Cristal llego muy rápido y empiezo a buscar al chico que mi amiga me presentó el cuál no tengo idea de ¿cómo se llamaba? ¿Billy? no, Benjamín ¿tal vez?, solo recuerdo que era por B, entro por el largo pasillo pero no lo encuentro intento preguntarle a varias personas pero todas me dicen que no saben de quién se trata a menos que les diga su nombre- Estoy a punto de llamar a Emy cuando…
– ¿Trajiste la tabla?- Me sobresalto
– ¿Dónde estabas?
–Estaba en una de las pistas con mi equipo
–Eso explica porque no te encontraba en ninguna parte, me has dado un susto
–Si lo noté- sonríe maliciosamente
-Aquí está – Oh! Es una tabla muy bonita se ve costosa
–Si cuídala la dejo en tus manos
–Por cierto ¿eres nueva en la cuidad? Nunca te había visto
–Si me acabo de mudar hace unos días apenas
–Si en esta ciudad no se ve mucho sobre chicas que quieran practicar snowboard, el año pasado solo se inscribieron dos
– Donde vivía también era así pero no lo sé el snowboard es algo que definitivamente me encanta
–Si no tuviera equipo con gusto me pondría contigo –Me empieza a sonar el teléfono
-Es Emy voy a contestar
– ¡Claro! Yo voy a regresar con mi equipo ¡nos vemos!
–Se retira y yo contesto el teléfono
-¿Em si?
–Hola Kayla ¿Ya le diste la tabla a Ben? *Al fin recuerdo su nombre*
-Sí, me costó encontrarlo
– Suele pasar el siempre está ocupado o haciendo algo, mira te voy a pasar la dirección por mensaje del lugar a donde vas a ir ¿bien?
– ¿Qué? Soy malísima con las direcciones
–Vamos Kayla preguntando se llega -…-¿Si?
–Bueno, no tengo nada mejor que hacer – miento, porque la tarea no se hará sola. Salgo del parque y me provoca quedarme viendo a los chicos practicar pero no, tengo que ir a donde Emy a los poco minutos me envía un mensaje con la dirección que a simple vista no parece tan difícil hasta que me monto en el bus, la razón por la que costaba mucho entender las direcciones era porque en el pueblo donde vivía estaba todo muy cerca ya que era un pueblo pequeño pero muy bonito igual no había muchos lugares a donde ir, ni muchas personas era casi imposible perderse todo lo contrario a esta ciudad y eso me aterraba. Cuando me montó en el bus presto más atención a las calles de la ciudad ya que tengo que estar atenta si no quiero perderme pero en ese momento me quedé un largo rato contemplando las calles, las hermosas casas, las diferentes cafeterías con personas conversando que se me olvidó por un instante a donde me dirigía y me concentró en un muelle donde hay unos yates que cualquiera envidiaría veo que el bus gira hacia la izquierda cuando…