La princesa Nayeon no podía dejar de pensar en Lee Han desde que lo vio en la ceremonia real. A pesar de la desaprobación de su padre, ella sentía una conexión profunda con el príncipe del reino Lee.
Un día, Nayeon decidió tomar una decisión audaz. Se escapó del palacio sin decirle a nadie y se dirigió al restaurante favorito de Lee Han en el reino Lee. Sabía que era un riesgo, pero no podía resistir la tentación de verlo de nuevo.
Al llegar al restaurante, Nayeon se disfrazó con un sombrero y gafas para no ser reconocida. Se sentó en una mesa en el rincón y esperó a que Lee Han llegara.
Lee Han llegó pronto después, sonriendo al ver a Nayeon disfrazada. "¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó, riendo.
Nayeon se ruborizó. "Quería verte", dijo, simplemente.
Lee Han se sentó a su lado y tomó su mano. "Me alegra verte", dijo. "Pero debemos ser cuidadosos. Mi padre no aprobaría esto".
Nayeon asintió, sabiendo que el riesgo era grande. Pero en ese momento, solo quería estar con Lee Han.
Mientras comían y hablaban, Nayeon y Lee Han se dieron cuenta de que su conexión era más fuerte de lo que pensaban. Y aunque sabían que su amor era imposible, no podían evitar sentirse atraídos el uno hacia el otro.