Rey Kim Samuel estaba reunido con sus consejeros en el salón del trono, discutiendo los planes para la alianza con el reino Lee. De repente, uno de los guardias irrumpió en la sala.
"Su Majestad, tenemos un problema", dijo el guardia, jadeando. "La princesa Nayeon ha desaparecido."
El rey se puso de pie, su rostro enfurecido. "¿Qué significa que ha desaparecido? ¿Dónde estaba la guardia?"
"Estábamos en nuestros puestos, Su Majestad", respondió el guardia. "Pero parece que la princesa se escapó disfrazada."
Kim Samuel se sintió traicionado. "¿Cómo pudo pasar esto?", gritó. "¡Encuentren a mi hija ahora mismo!"
Los consejeros y guardias salieron corriendo a buscar a la princesa, mientras el rey se quedó solo en la sala, su corazón lleno de preocupación y rabia.
"¿Dónde estarás, Nayeon?", se preguntó. "¿Qué estás haciendo?"
Mientras tanto, Nayeon estaba en el restaurante con Lee Han, disfrutando de su encuentro secreto, sin saber que su padre ya estaba buscándola.
Me encanta verte sonreír", dijo Lee Han, tomándole la mano.
Nayeon se ruborizó. "Me encanta verte también."
De repente, un sirviente se acercó a ellos. "Disculpen, Su Alteza", dijo. "Pero hay unos hombres buscando a una princesa en el mercado."
Lee Han se puso alerta. "¿Qué hombres?"
"No sé, Su Alteza. Pero parecen ser guardias del reino Kim."
Nayeon se puso pálida. "Mi padre me ha encontrado."
Lee Han la miró con determinación. "No te preocupes. Te protegeré."