La alianza entre los reinos de Kim y Lee había traído paz y prosperidad a ambas naciones. Y ahora, era tiempo de celebrar la unión de dos corazones.
Kim Nayeon y Lee Han se miraron, sonrientes, mientras se preparaban para su boda.
"Estoy tan feliz", dijo Nayeon, ajustando su vestido de novia.
"Yo también", respondió Lee Han, besando su mano.
La ceremonia se llevó a cabo en el jardín del palacio, rodeados de familiares, amigos y nobles de ambos reinos.
El rey Kim Samuel, sonriendo, entregó a su hija a Lee Han.
"Quiero que seas feliz, Nayeon", dijo.
"Gracias, padre", respondió Nayeon, llorando de emoción.
Lee Han tomó su mano y la miró a los ojos.
"Te amo, Nayeon. Por siempre."
Nayeon sonrió.
"Te amo, Lee Han. Por siempre."
Se besaron, mientras los invitados aplaudían y lanzaban flores.
La recepción fue una fiesta colorida y alegre, con música, baile y comida deliciosa.
El rey Kim Samuel se acercó a la pareja.
"Les deseo una vida llena de amor, felicidad y prosperidad", dijo.
Nayeon y Lee Han sonrieron, abrazados.
"Gracias, padre", dijo Nayeon.
"Gracias, Su Majestad", agregó Lee Han.