Sólo debía entrar a ese local, preguntar el precio del arreglo, pagar y salir, ¿a que suena muy fácil, verdad?
Entonces ¡¿cómo demonios termine en medio estos dos idiotas peleándose?
Entras, preguntas precio, pagas y sales. Es tan fácil pensarlo, pero que difícil fue salir de ese local sabiendo que algo diferente pasaría. Algo diferente cambiaría no sólo mi vida también mis sentimientos y ni ellos ni yo estábamos preparados para algo así.