Narra Amelia
Aún asombrada por mi repentina inmersión en el pasado, paseaba junto a Charles Lancaster por los senderos empedrados del pintoresco pueblo del siglo XIX. Las casas de estilo georgiano y los jardines bien cuidados creaban una atmósfera encantadora, como si hubiera sido transportada directamente a las páginas de "Orgullo y Prejuicio".
- Me intriga saber más sobre su mundo, señorita. ¿Cómo es la vida en el lugar del que viene? - preguntó Charles con curiosidad, sus ojos azules brillando con interés.
- Es un mundo diferente, con tecnología y costumbres que no podrían imaginarse aquí. Pero me temo que hablar de ello podría resultar confuso - respondí con una sonrisa, disfrutando de la conexión que estaba formando con Charles.
- Un misterio encantador. Me recuerda a las novelas que tanto disfruto - dijo Charles riéndose, su voz resonando como una melodía en el aire.
La conversación fluyó naturalmente, y Charles demostró ser un caballero atento, similar al Sr. Darcy que había idealizado. Mientras explorábamos el pueblo, nos encontramos con Emily, una dama con una chispa de rebeldía en sus ojos.
- Charles, ¿quién es esta encantadora visitante? - preguntó Emily, su voz llena de curiosidad.
- Emily, permíteme presentarte a la señorita Amelia. Es una viajera del tiempo, según ella - respondió Charles con una sonrisa, presentándonos formalmente.
- Una historia intrigante, sin duda. Bienvenida, señorita Amelia - dijo Emily, extendiendo su mano en un gesto amistoso.
Las tres almas curiosas pasaron el día juntas, compartiendo risas y anécdotas. Emily, con su espíritu vivaz, se convirtió en una aliada inesperada para mí en esta nueva realidad. Juntas, exploramos los salones de baile y los jardines, sumergiéndonos en la elegancia y el romance de la época.
- "La vanidad y el orgullo son cosas diferentes, aunque muchas veces se usen como sinónimos. Una persona puede ser orgullosa sin ser vanidosa" - cité una de las frases más famosas de "Orgullo y Prejuicio", recordando las palabras de Elizabeth Bennet.
- ¡Oh, me encanta esa frase! Jane Austen tenía un don para capturar la esencia de las relaciones humanas en sus novelas - exclamó Emily, su rostro iluminado por la emoción.
A medida que el sol se ponía sobre el horizonte, Charles me miró con una expresión que recordaba a los caballeros de antaño.
- Señorita Amelia, ¿me concedería el honor de acompañarla en la velada de mañana? - dijo Charles, su voz llena de galantería y respeto.
- Sería un placer, señor Lancaster - respondí con una sonrisa radiante, emocionada por la perspectiva de pasar más tiempo con él en esta nueva y emocionante realidad.
El destino tejía sus hilos, y me encontré enredada en un romance que parecía sacado de las páginas de mis novelas favoritas. Sin embargo, intuía que los desafíos de la época solo estaban comenzando. Pero con la compañía de Charles y la amistad de Emily, estaba lista para enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino hacia el amor y la felicidad.