Un Amor Fugaz

Capitulo 2

Maya

Me despierto con el ruido de una rama cerca de la ventana, me siento en la cama buscando con la mirada de dónde proviene el ruido pero no logro ver nada.

Reviso el teléfono y veo que son las tres de la mañana, prácticamente dormí unas horas y no he descansado, salgo de la cama acercándome a la ventana con la intención de ver, pero no veo nada así que decido volverme a dormir.

Ya de nuevo en la preparatoria me preparo para entrar a clases de matemáticas.

—¿Maya a dónde vas?— pregunta Sara.

—A clases ¿Vienes?

—Obvio— responde volteando los ojos.

«mi amiga tiene la manía de saltarse las clases por eso le pregunté»

Tomo asiento en la primera fila mientras mis compañeros lo hacen en la fila que está al final.

La clase pasá lentisima, bueno eso es normal cuando vez matemáticas aunque no entiendo todavía el por qué. La mayoría está bostezando y yo estoy que me duermo por suerte suena el timbre.

—¿Alguien más se estaba durmiendo en clases?— dice ivy.

—¡No, quien dijo¡— decimos todos en coro.

Todos comenzamos a reírnos mientras vamos a la cafetería. Voy por un chocolate mientras las chicas están comprando unas malteadas.

Decido escribirle a la señora Clinton para avisarle que no podré ir a cuidar a los niños ya que debo hacer un trabajo, me dice que debo ir cuidarlos, ya que no le avisé con tiempo y debe salir a trabajar, me da permiso para que pueda hacer el trabajo en su casa le explicó que es en grupo y dice que no hay problema que confía en mí en que no dejaré que entre cualquier persona a su hogar.

Hablo con Erik para que vaya en la tarde hacer el trabajo ya que la señora me dió permiso. Me explica que solo irá el porqué las personas que consiguió no podrán hacerlo.

Busco el contacto de mi primo y le doy llamar para saber cómo está ya que él no lo ha hecho y supongo que es porque ha estado ocupado, no me responde así que le dejo un mensaje. Me encamino a casa en un autobús, un chico se sienta a mi lado.

—Hola— habla éste mirándome.

—¡Hola! ¿Disculpa eres?—pregunto con desdén.

—Espero no incomodarte me llamo Sam, vivo en la cuidad que está a dos horas de aquí y tú… eres?

—Maya Johnson— he vivido aquí toda mi vida.

—Bueno en realidad acabo de llegar y no se dónde quedarme, solía vivir aquí pero me mudé hace un par de años y no recuerdo mucho de este lugar, vine a visitar a mi novia pero realmente no entiendo la dirección que me dió, cómo podrás notar estoy un poco perdido.

Lo dice con preocupación y aflicción.

—Haber dime cómo se llama el lugar o zona dónde vive.

—Es está— me muestra un papel con el nombre.

—Estas de suerte es unas calles antes de dónde vivo. Tu chica vive en Villa que es una de las mejores zonas de la cuidad.

—¡Gracias!— dice sonriente.

—No hay de qué— por cierto debes hablar con el chófer para que te deje allí o te dejará más lejos lo digo porque ya no oye muy bien.

—Ok— un gusto conocerte Maya.

Se despide y yo sigo el camino a casa.

Cómo de costumbre está Penélope con su novio en la sala, creó que están viendo una película o sólo se están manoseando en el sofa.

Siempre finge que no estoy y para mí es lo mejor ya que solo me habla para hacerme sentir mal por lo de mis padres y restregarme que tiene una joyita como novio.

Voy a la cocina por un vaso de agua aprovecho para comer y subir a mi habitación a cambiarme y buscar los libros que llevaré para realizar el trabajo. Salgo dirigiendome a la casa de la familia Clinton, optó por irme caminando ya que así me distraigo de mis problemas y aisló mi mente. Subo la acera que lleva a un parque que está cerca donde viven los niños a los que cuidó, paso por medio de éste viendo a las personas caminar y pasear con sus mascotas.

Tocó el timbre y abre Owen.

—Maya pensé que no vendrias— mamá había comentado algo pero no le entendí mucho.

—¡Wow!— Que saludo.

Lo molesto un poco— yo también te extrañé.

Lo abrazo mientras nos adentramos al interior de la casa.

—Hable con tu mami porque tengo que hacer un trabajo y pues me iba a tomar toda la tarde—. Por cierto vendrá un amigo y ella ya lo sabe.

—¿Amigó? O ¿Novio?

Frunce las cejas y cruza los brazos.

—Oye yo no tengo novio, es solo un amigo.

—Ok señorita Maya— dice algo sarcástico— los estaré vigilando.

Suelto una gran carcajada.

—¿Ahora me quieres cuidar?— se que eres celoso con tu hermana pero ¿Porque conmigo?

—Solo no quiero que te lastimen— eres una chica muy divertida además eres como una hermana mayor para mí.

—Gracias mi niño hermoso pero sabes que también se cuidarme sola y no te preocupes que cualquier chico que quiera enamorarme lo tendrá muy difícil— Sonríe y me abraza.

—Por cierto Abby está dormida. Supongo que tú amigo vendrá temprano hacer el trabajo. Asiento y me siento con el mientras espero a Erik.

Abby se despertó justo en el momento en el que llegó Erik, le dije a Owen que viera la televisión junto con ella mientras yo estaba realizando el trabajo, no es difícil pero si un poco largo Erik me dice que él, lo terminara pero antes debe hablar con el grupo para que tenga noción del trabajo y estén involucrados.

Lo despido ya que son las cinco de la tarde y prácticamente es mi hora de salida pero hasta que no llegue ninguno de los dueños de la casa no puedo irme.

Una hora más tarde decido hacerles la cena junto con la ayuda de los dos ya que les gusta ayudarme. Les hice unos panqueques con miel pues es algo fácil y práctico. Después de cenar les digo que se cepillen los dientes y se vayan a dormir puesto a qué sus padres no les gusta que se desvelen.

Me voy a casa en eso de las ocho, a está hora no hay tanto tráfico y las calles están un poco despejadas el vecindario dónde está el parque es muy lindo siempre hay personas fuera de sus casas caminando o comprando hamburguesas o helados. Me gustaría vivir en un lugar como esté, tranquilo y poder respirar la paz que no se respira en casa.



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En el texto hay: romance juvenil, soledad tristeza

Editado: 05.07.2024

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