Un encuentro inesperado
La ciudad de Chicago se extendía ante mí como un lienzo de posibilidades. Había llegado allí con un sueño en el corazón y una maleta llena de ilusiones. Mi nombre es Sofía, y era una joven estilista con una pasión arrolladora por la moda. Había dejado atrás mi pequeña ciudad natal en busca de oportunidades y éxito en la gran ciudad.
Mientras caminaba por la calle, mi teléfono sonó. Era mi mejor amiga, Lucía.
-¡Hola, Sofía! ¿Ya estás instalada? -preguntó Lucía.
-Sí, acabo de llegar a mi nuevo apartamento -respondí-. Estoy emocionada de empezar esta nueva aventura.
-Me alegra escucharte -dijo Lucía-. Te tengo una recomendación para un fotógrafo que podría ayudarte con tus fotos de perfil para tu sitio web. Se llama Alex, y es primo mío. Es muy bueno en su trabajo.
-Gracias, Lucía. Me encantaría conocerlo -dije, anotando el número de teléfono de Alex en mi agenda.
Después de colgar, marqué el número de Alex y esperé a que respondiera. Cuando lo hizo, su voz fue como un golpe de realidad.
-Hola, soy Sofía. Lucía me dio tu número. Estoy buscando un fotógrafo para mis fotos de perfil...
-Puedes llamarme en otro momento -interrumpió Alex con voz seca-. Estoy ocupado.
Mi corazón se hundió. ¿Así era como trataba a sus clientes potenciales?
-¿Puedo saber al menos si estás disponible para una sesión de fotos? -pregunté, tratando de sonar profesional.
-Hazlo rápido -respondió Alex-. Tengo poco tiempo.
Y colgó.
Me quedé mirando mi teléfono, sorprendida por la rudeza de Alex. ¿Era este el tipo de persona que Lucía me había recomendado? Decidí no juzgarlo y conocerlo en persona antes de tomar una decisión.