Un nuevo comienzo
Después de la sesión de fotos con Alex, me sentí un poco confundida. Su actitud brusca me había dejado perpleja, pero decidí no dejar que eso me afectara. Estaba emocionada de ver las fotos y empezar a trabajar en mi sitio web.
Al día siguiente, recibí un correo electrónico de Alex con las fotos adjuntas. Me senté en mi escritorio y las abrí con entusiasmo. Y me encantaron. Alex había capturado mi personalidad y estilo de manera perfecta.
Decidí llamarlo para agradecerle.
-Hola, Alex -dije-. Quería agradecerte por las fotos. Me gustaron mucho.
-Hola, Sofía -respondió Alex con una voz un poco más suave que la última vez-. Me alegra que te gustaran. ¿Necesitas algo más?
-No, solo quería agradecerte -dije-. ¿Quieres venir a tomar un café conmigo para celebrar? Me gustaría discutir algunos detalles sobre el sitio web.
Alex dudó un momento antes de responder.
-Está bien -dijo finalmente-. ¿Cuándo y dónde?
Quedamos en un café cerca de mi tienda al día siguiente. Me sentí un poco nerviosa, pero también emocionada de verlo de nuevo.
Al día siguiente, llegué al café temprano y pedí un café latte. Alex llegó unos minutos después, con una sonrisa leve en su rostro.
-Hola -dijo, sentándose en la silla frente a mí.
-Hola -respondí, sonriendo-. Gracias por venir.
Alex asintió y pedimos nuestros cafés. La conversación fluyó un poco más fácil que la última vez, y me encontré riendo con sus comentarios sarcásticos.
Mientras hablábamos, me di cuenta de que Alex era más que solo un fotógrafo gruñón. Tenía una personalidad compleja y fascinante, y me intrigaba.