Un paso adelante
Mientras tomábamos café, la conversación fluyó con más facilidad. Alex me habló sobre su pasión por la fotografía y cómo había empezado en el mundo del arte. Me mostró algunas de sus fotos favoritas en su teléfono, y me impresionó su talento.
A medida que hablábamos, me di cuenta de que Alex era una persona más profunda de lo que inicialmente pensaba. Tenía una mirada introspectiva y una forma de ver el mundo que me fascinaba.
De repente, Alex miró su reloj y se disculpó.
-Lo siento, Sofía. Tengo una cita con un cliente en 20 minutos. Debo irme -dijo, levantándose de la silla.
-No hay problema -dije, sonriendo-. Gracias por el café.
Alex sonrió y me acompañó a la puerta. Mientras caminábamos, me rozó el brazo con el suyo, y sentí un escalofrío.
-¿Quieres que nos reunamos de nuevo para discutir más sobre tu sitio web? -preguntó Alex, mirándome a los ojos.
-Sí, me gustaría -respondí, sintiendo un aleteo en el pecho.
Alex sonrió y se despidió con un gesto de la mano. Me quedé allí, sintiendo una sensación de emoción y expectativa.
Mientras caminaba de regreso a mi tienda, me di cuenta de que estaba empezando a sentir algo por Alex. Algo que no había sentido en mucho tiempo.
Al llegar a la tienda, me encontré con una sorpresa. Un modelo famoso, conocido por su trabajo en pasarelas y campañas publicitarias, estaba esperándome.
-Sofía, soy Julián -dijo, sonriendo-. He oído hablar mucho de tu trabajo como estilista y me gustaría proponerte un proyecto.
Me quedé sin aliento. Era una oportunidad increíble. Pero, ¿qué significaría para mi relación con Alex?