La decisión
Me senté en silencio, pensando en la decisión que debía tomar. Nueva York o Chicago. Mi carrera o Alex. Sabía que no podía tener ambos.
Alex me miró con una expresión seria, pero también con una sonrisa suave.
-Sofía, no importa lo que decidas -dijo-. Estaré aquí para apoyarte.
Me sentí conmovida por sus palabras. Sabía que estaba enamorada de él, pero ¿era suficiente para dejar atrás mi sueño?
Después de un rato, tomé una decisión. Me levanté y me acerqué a Alex.
-Voy a rechazar la oferta -dije, sintiendo una sensación de alivio.
Alex me miró con sorpresa y luego sonrió.
-¿Por qué? -preguntó.
-Porque estoy enamorada de ti -dije, sintiendo mi corazón latir con emoción-. Y no quiero dejarte atrás.
Alex me tomó en sus brazos y me besó apasionadamente.
-Te amo -dijo, sonriendo.
-Yo también te amo -respondí, sintiendo una sensación de felicidad que nunca había experimentado antes.
Juntos, decidimos que trabajaríamos en proyectos que nos permitieran estar juntos. Y así, nuestra relación floreció.
Un año después, nos casamos en una ceremonia íntima y hermosa. Y vivimos felices para siempre.