Un nuevo capítulo
Después de nuestra boda, Alex y yo nos establecimos en una hermosa casa en los suburbios de Chicago. Nuestra vida era un sueño hecho realidad, llena de amor, risas y aventuras.
Un día, mientras estábamos desayunando, Alex me miró con una sonrisa traviesa en el rostro.
-¿Sabes qué? -dijo, sus ojos brillando con emoción.
-¿Qué? -pregunté, sintiendo mi corazón latir con anticipación.
-He estado pensando en que deberíamos empezar a planificar una familia -dijo, su voz llena de ilusión.
Me sentí conmovida por sus palabras y mi corazón se llenó de alegría.
-Sí, sí, sí -dije, saltando de mi silla y abrazándolo.
Alex se rió y me besó, y en ese momento, supe que nuestra familia estaba a punto de crecer de manera increíble.