La llegada
La mañana del parto, Alex me llevó al hospital, su mano sosteniendo la mía con fuerza. El dolor era intenso, pero con Alex a mi lado, sentí que podía superar cualquier cosa.
Finalmente, después de horas de trabajo de parto, nuestro bebé llegó al mundo. Alex cortó el cordón umbilical y me lo pusieron en brazos.
Miré a nuestro pequeño y sentí un amor que nunca había experimentado antes. Era un amor puro y total, y supe que haría cualquier cosa para protegerlo.
Alex se acercó y nos abrazó a ambos, lágrimas de alegría en sus ojos.
-Somos una familia -dijo, su voz llena de emoción.
Y en ese momento, supe que nuestra historia de amor había alcanzado un nuevo nivel.