La celebración
La familia decidió celebrar nuestros 50 años de casados con una gran fiesta. Emma y Juan se encargaron de la organización, y Alex y yo nos limitamos a disfrutar del día.
La fiesta fue un éxito, con amigos y familiares reunidos para celebrar nuestro amor. Hubo comida, música y baile, y Alex y yo nos sentimos como si estuviéramos en una nube.
Durante la fiesta, Emma se acercó a nosotros con lágrimas en los ojos.
-Mamá, papá -dijo-. Quiero agradecerles por ser unos abuelos tan maravillosos y por enseñarnos lo que es el amor verdadero.
Alex y yo nos miramos, emocionados, y la abrazamos.
-Ustedes son nuestra mayor bendición -dije, con lágrimas en los ojos.