La vida sin ti
Después de la partida de Alex, mi vida cambió drásticamente. Me sentía sola y vacía, como si una parte de mí hubiera desaparecido. Pero sabía que tenía que seguir adelante, por mí misma y por nuestra familia.
La casa parecía demasiado grande y silenciosa sin Alex. Me sentaba en el porche, recordando los momentos que compartimos juntos, y lloraba hasta que no me quedaban lágrimas.