Un Amor Increible

EL ENCUENTRO

Al fin pude poner un pie en el aero puerto privado de Wills, jamás en mi vida estuve mas alegre de llegar a un lugar en donde no se me apetecía ir, pero debo admitir, que hermosa era la vista, sentir la brisa del viento fresco chocar contra mi rostro, poder respirar este aire tan puro, en una ciudad tan agitada y llena de toda esa contaminación ambiental no se podía respirar un aire como este , tan agradable, por un momento quise quedarme aquí para siempre, solo pude pensar que en un lugar así como este, serie el lugar perfecto para leer, aunque suene lo mas loco y aburrido del mundo para mi era todo lo contrario, me encantaba, pero tenia que aterrizar a la realidad que me rodeaba. Al voltear la vista, pude observar a mi adorable madre pelearse con el pobre hombre que tiro al suelo una de sus cien maletas que traía, solo pude pensar en como se sentiria ese hombre por tener que lidiar con lo histérica que esa mujer podría llegar hacer y sentí pena de el, así que mire mis únicas dos maletas y sonreí por que estaba satisfecha de traer con migo solo estas, así me evitaría que alguien las cargara por mi, no me gustaba que alguien anduviera haciendo las cosas por mi, aun que sea su trabajo, a mi me gustaba hacer las cosas por mi propia cuenta para eso tenia dos manos y dos par de pie.

 

Camine hasta la salida y pude ver una inmensa limusina <<Deben de bromear>> pensé.
No lo podía creer, estábamos en un pueblo y estos dos no podían parar de ser tan exhibicionistas, no pensaba ir en esa cosa con ellos, así que saque mi celular y llame a la asistente de mi padrastro para preguntarle en que parte de el pueblo estaba la casa en donde nos hospedariamos. El teléfono al otro lado de la línea estaba sonando, al tercer timbraso contesto.

 

--Muy buenos días, habla la señorita Amelia, ¿con quien tengo el gusto? --Ella era muy amable y gentil, con una voz muy agradable.

 

--Buenos días Amelia soy Alli Wills.

 

--¿En que la puedo ayudar?

 

--¿Nesecito saber que me digas en que casa nos quedaremos?

 

--Con gusto aguarde. En la única mansión del pueblo señorita.

<<¿Que? Debe de ser una broma, esto es el colmo>>.

 

--¿Por que no me sorprende? Muchas gracias Amelia ten un buen día.

 

No espere su repuesta y corte la llamada, me fui directo a la bandeja de mensajes en donde le escribí a mi madre diciéndole que me fui sola a la mansión. Sabia que se iba a molestar pero no quería irme en esa cosa, no me gusta lo ostentoso yo soy mas sencilla y supuse que este pueblo era pequeño y me iría caminando así podría estirar mis piernas, llevaba una ropa cómoda unos pantalones ajustados a mi cuerpo, una blusa blanca con leves flores de colores, unos zapatos bajos negros, mi suerte negro por que estaba haciendo mucho viento y yo era muy enfermiza y como siempre mi pelo indomable, me gustaba mucho sentir el viento en mi cabello y ver los rayos del sol entre mi melena larga y negra tan brillante que te perdias en ella, derrepente sentí algo adormesidas las piernas por el largo viaje de cinco horas que tuve, jamás me imagine que durara tanto. 
Mientras iba caminando pude observar que las calles no eran de tierra como pensé, eran adoquinadas con piedrecillas pequeñas que le daban un aspecto rústico al lugar. Sentía que estaba caminando en esos escenarios de telenovelas, en donde la tipica chica extranjera llega a un nuevo lugar y se enamora de todo. Aunque pensándolo bien.... Creo que eso estaba haciendo.

Durante casi 40 minutos camine en la inmensa calle que parecía nunca terminar, <<¿Sera que este pueblito sea mas grande de lo que aparenta?>> Tengo que aprender a no juzgar con la mirada.

 

Di unos cuantos pasos mas, cuando pude observar a unas niñas andando en bici, camine mas deprisa para acercarme a ellas y poder preguntarles si estaba lejos de la mansión.

 

--¡Disculpen!

 

Las niñas de inmediato detuvieron su andar y una voltio a verme y luego la otra, puede observar que eran identicas, con la mínima diferencia de el color de sus ojos.

 

--¡Espera! ¡No te les acerques!

 

De la nada, escuche la vos fuerte de un joven que me gritaba a lo lejos que no me les acercara a las niñas, ¿Pero que era lo que le pasaba? Son solo dos niñas pequeñas es imposible que me fueran a hacer daño, me gire para observar a las niñas.

 

--¡No......!

 

Y fue ese grito lo ultimo que pude escuchar y ¿Lo que vi? Bueno. De eso no estoy muy segura. Caí al suelo de inmediato golpeandome fuertemente la cabeza contra el suelo.
Lo ultimo que recuerdo fue el grito de ese joven que salio de la nada, mire a las niñas y sus ojos se habían vuelto tan brillantes que me segaron por completo y no recuerdo a ver visto nada mas. 

Sentía que mi cuerpo estaba acostado en una superficie tan suave, que me parecía que estaba acostada en una nube, me sentía muy comoda, tenía la frente mojada y leves gotas de agua se deslizaba por mis mejillas y se sentían heladas, mi cabeza dolía. <<Tengo que despertar, tengo que despertar>> Fue en lo único que pude pensar y se repetía una y otra vez en mi mente, mientras intentaba levantar mis párpados para abrir mis ojos y poder descubrir en donde estaba, pero fue inútil, no conseguía abrir mis ojos los sentía tan pesados. De repente, sentí la presencia de alguien mas, no estaba sola.




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